La huida de Sánchez y cómo perder otra oportunidad

Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), aviador, francés, el autor de «El principito» también escribió que «la huida no ha llevado a nadie a ningún sitio». Tampoco conducirá a parte alguna al inquilino de la Moncloa por larga que sea, pero en ese trayecto España puede volver a perder otras oportunidades. Pedro Sánchez, algo «tocado», según el «indepe» Rufián que lo vio a solas, por los casos de presunta corrupción de sus antiguos amigos, se ha sacado de la manga una especie de plante a la OTAN a elevar hasta el 5% del PIB el gasto en defensa de cada país miembro. Es lo que plantea Mark Rutte el secretario general de la organización y que se debatirá en la cumbre dentro de unos días. Apenas hace tres años en julio de 2022, Pedro Sánchez ejercía en Madrid de anfitrión de otra cumbre atlántica de la que presumió ante propios y ajenos. Los tiempos y las circunstancias cambian y ahora el líder socialista –en su huida a ninguna parte– espera sacar un mínimo rédito de su rechazo a subir el gasto el defensa. Sus socios más a la izquierda se lo aplaudirán y él, una vez más, espera ganar tiempo.

La jugada de Sánchez es muy arriesgada para España. Lo explica con claridad un breve informe del Real Instituto Elcano, el «think-tank» español líder en estudios internacionales y estratégicos, y un centro de pensamiento de referencia en Europa y en el mundo, que preside José Juan Ruiz. Elaborado por Félix Arteaga, Daniel Fiott y Luis Simón, investigadores del Instituto, apunta que «a medida que la OTAN y la Unión Europea (UE) continúen fijando distintos umbrales y pongan en marcha diferentes iniciativas de gasto, desarrollo de capacidades y producción industrial, España deberá redoblar su apuesta o arriesgarse a perder el tren de la modernización». Está fechado la víspera del día que Sánchez anunció a la OTAN que rechazaba el porcentaje del 5%. No cambia nada. Los autores admiten que una inversión de esa magnitud plantea dudas de sostenibilidad. Sin embargo, creen que «España tiene por delante una oportunidad y un riesgo: debe dar un paso adelante en los marcos de la UE en constante evolución o arriesgarse a quedar excluida de las grandes iniciativas de desarrollo de las capacidades». Más claro. España podría «quedar excluida de los principales programas de defensa de la UE», (...) «socavaría su competitividad industrial» y reduciría su «capacidad de influir» en la integración europea». Nada indica que Sánchez haya pensado en todo eso y sí en una huida que «no ha llevado a nadie a ningún sitio», según Saint-Exupéry.