Sin Perdón
El inmenso poder de Sánchez
«Ningún presidente compró la silla y menos con algo tan deplorable como una amnistía que decía que era inconstitucional»
Nunca un presidente del Gobierno ha tenido un poder tan enorme. No es una exageración, sino una inquietante realidad. Es cierto que González, Aznar y Rajoy tuvieron mayorías absolutas, pero un inmenso poder no tiene por qué ser una consecuencia de ellas. Con los anteriores presidentes se mantuvieron unas convenciones democráticas al margen de ideologías. La soberbia con que se comporta el actual inquilino de La Moncloa no tiene parangón, así como su afición a utilizar los bienes del Estado como si fueran una propiedad personal. No se producía un asalto tan grosero a la Administración y el sector público empresarial. Ese poder se concreta en aspectos como su arrogancia al no presentar el proyecto de Presupuestos y decir que seguirá si se lo tumban. Ningún presidente compró la silla y menos con algo tan deplorable como una amnistía que decía que era inconstitucional.
A veces pienso que será un milagro que Feijóo consiga gobernar, ya que tiene que hacer frente a un político sin principios, pero, sobre todo, con recursos impresionantes. A costa del erario dispone de centenares de asesores que están a su servicio, tanto en La Moncloa como en el resto de los ministerios. El líder del PP se tiene que conformar con unos pocos. No es ninguna exageración hablar de miles de personas colocadas a dedo en los ministerios, organismos y empresas públicas, así como en otras administraciones que son una poderosa maquinaria propagandística. No se sigue un criterio de mérito y capacidad, sino de ciega lealtad. Ningún presidente del Constitucional alcanzó un grado de sumisión tan abyecto como hace Conde-Pumpido. Ni siquiera vale la pena referirse a sus mariachis, porque son sus marionetas. El CIS se ha convertido en una agencia que hace encuestas a la carta al servicio de su cliente. RTVE es la pieza más importante del aparato propagandístico sanchista y su principal objetivo es atacar al PP y sus administraciones. Ante cualquier noticia, sacan a pasear a un montón de ministros mientras se empequeñece al partido que ganó las elecciones y los activistas opinadores cumplen su papel. La publicidad se reparte, sobre todo, a los amigos. Los sindicatos están para ayudar y se les recompensa generosamente. El Congreso, el Defensor del Pueblo, el Tribunal de Cuentas, la Fiscalía…. Todos al servicio de los intereses de Sánchez.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)