Sin Perdón

La inseguridad de Sánchez

«Su legado será una mayor división, una espiral de enfrentamientos y una grave crisis institucional»

La actitud de Sánchez con Feijóo siempre la he percibido como una muestra de inseguridad. Esa falta de cortesía, la arrogancia y la displicencia hacia el líder del primer partido de España es tan innecesaria como absurda. Es algo que perjudica su imagen, aunque le aplaudan aquellos que le despreciaban hasta que alcanzó La Moncloa. Me sorprende, además, en alguien que le gusta el baloncesto. La importancia de Sánchez es evidente, porque es el líder del PSOE y el presidente en funciones. Es lógico que quiera seguir siéndolo, pero no comparto las peligrosas alianzas que tendrá que alcanzar para lograrlo. Por otra parte, debería reflexionar sobre el nivel que muestran algunos de sus portavoces, porque se puede criticar a Feijóo con algo más de talento. El gesto de ingenio que tuvo ayer Pilar Alegría, que supongo salió del equipo monclovita, era tan impostado que no era efectivo. No hay nada peor que seguir un argumentario. Me recuerda al típico político, directivo o profesor que lee una conferencia que no ha escrito. La gran frase referida a Feijóo era para partirse de la risa: «Ha pasado de derogar al sanchismo a rogar al sanchismo».

¿Es necesario que Sánchez ofrezca esa imagen autoritaria y de superioridad? Entrando en este terreno, un líder hace brillar el cargo gracias a su experiencia y actuación. En otros casos sucede justo lo contrario. Es cierto que hay estadistas o gobernantes, es bueno hacer la distinción, que pueden ser arrogantes, pero insisto en que es innecesario y resultan antipáticos. A Sánchez le molesta que se utilice el término sanchismo, pero no solo no hace nada para evitarlo, sino que lo incentiva con sus actos. No sé si conseguirá convencer a Puigdemont o si asumirá la amnistía y la consulta sobre la autodeterminación para seguir en La Moncloa. Lo que estoy convencido es que si se produce será una catástrofe para el PSOE y un desastre para España. Su legado será una mayor división, una espiral de enfrentamientos y una grave crisis institucional que no podrá ser resuelta con las cacicadas de Conde-Pumpido, ayudado por Campo y Laura Díez.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)