Insensateces

It´s entertaiment

Me parece innecesaria tanta performance, tanta mala leche contra una persona que quiere abandonar. Abandonar por lo que sea, da igual

En el entretenimiento, cualquiera que sea su formato, cada uno de los participantes sostiene un personaje. Sobre todo en la tele. Desde las series (obvio) hasta el concurso, el reality y el talk show, todas esas maneras de emitir programación en los canales, requiere personajes. Cada uno de los intervinientes elige su rol. O tienes que adaptarte a lo que te encargan. Quiero pensar que lo que ha pasado en Masterchef ha sido precisamente eso. Que a los tres jurados del exitoso concurso de cocina, se les ha ido un poco la mano en su papel. Oigan, que yo lo hago a diario y no por eso consigo embridarme las hechuras, que muchas veces se me va la pinza y derrapo. Por eso quiero reconocer lo difícil que es hacer lo que hacemos y que, al final, tampoco tiene tanta importancia.

Pero es verdad que, esta semana, cuando vimos a Tamara decir que se marchaba, nos sonaron muy extrañas algunas actitudes del jurado. Desde Samantha Vallejo-Nágera, que se gastaba demasiada sorna sobre las prioridades de la concursante que incluían a su hijo, hasta Jordi Cruz que, de manera incomprensible, despreciaba con muy malas a Tamara. Y voy a insistir: nada de eso tiene tanta importancia, desde luego ninguna para que, hasta la Ministra de Sanidad, intervenga en sus redes o que Sumar se añada a la algarada. Es entretenimiento y, por el share, se pueden retorcer las cosas pero, es verdad, todo tiene el límite que uno le quiere poner. Si Jordi Cruz quiere ser el tipo más antipático, menos empático, más cortante y desagradable del mundo, hay que darle la buena noticia de que lo está consiguiendo. Hasta al Ente Público le ha podido la sensación de vértigo y ha retirado el último Masterchef de RTVE Play y de sus redes, acongojado por la marea. Me parece innecesaria tanta performance, tanta mala leche contra una persona que quiere abandonar. Abandonar por lo que sea, da igual. Con razón, sin razones o con interesadas motivaciones, da igual. No pasa nada por guardarse la impertinencia. Y no pasa nada por sonreír un poco o por relajar en cuanto se pueda. Hijos: es un concurso, no un internado inglés.