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Letras líquidas

Junio en España

Algunos de los hitos de nuestra historia reciente han tenido como escenario temporal a este mes que ahora transitamos

El mes que marca el paso de la primavera al verano, el que tiene el día más largo del año, es uno de los más intensos en España. Y no se preocupen que no voy a hablarles del calor sofocante que nos envuelve ni a asfixiarles prematuramente con las olas caniculares que ya se presagian. La intensidad de junio viene por otro lado. Más político. Repasaba estos días algunos de los hitos de nuestra historia reciente y, casualmente, han tenido como escenario temporal a este mes que ahora transitamos y comparten todos ellos, además, como si fuera una especie de traslación de la sorpresa de octubre de Estados Unidos, un componente de sobresalto. Como el de aquella mañana del 2 de junio de 2014 en que casi amanecimos con la abdicación del Rey Juan Carlos y un mecanismo inédito en nuestro sistema se ponía en marcha mostrando la fortaleza de la Constitución y la normalidad institucional de la monarquía parlamentaria con el «reset» de la Corona que protagonizó Felipe VI. Cuatro años más tarde el asombro llegaba con el éxito de la primera moción de censura de nuestra democracia que, cierto es, empezó el 31 de mayo, pero se votó el 1 de junio de 2018 y convirtió a Pedro Sánchez en inquilino de La Moncloa desde el día 2. Ya en 2023, y aunque la perplejidad llegó en el final de aquel mayo con la decisión del presidente del Gobierno de adelantar generales ante los malos resultados socialistas en las municipales y algunas autonómicas, junio nos regaló el imprevisto de una larga y vehemente campaña electoral que resultó tan fundamental como para desbaratar las previsiones que auguraban las encuestas del 23J. Y con estos precedentes afrontamos nuestro mes de la estupefacción, ya vamos por el día 12, con la intriga de saber si nos depara alguna de sus perplejidades disruptivas o si, en realidad, el desborde de procesos judiciales, personajes cloaqueros, conversaciones turbias y daños institucionales varios son, en sí mismos, el síntoma de la anestesia general que padecemos y constatan que ya ni junio es capaz de provocarnos el más mínimo pasmo.