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Canela fina

Machado: «Conmigo vais, mi corazón os lleva»

«Alfonso Guerra pronunció un discurso en el que, desde la sinceridad, trasladó el sentimiento profundo que le provocan los versos de Machado»

Si tuviera que destacar algo de la fiesta organizada por la RAE en homenaje a Antonio Machado, me inclinaría por la intervención de Alfonso Guerra, comisario de la exposición. En el jurado del Premio Príncipe de Asturias me di cuenta hace años de la cultura literaria de Guerra. Compañeros del ABC de Sevilla me confirmaron su atención a la expresión literaria. El martes, en el salón de actos de la RAE, pronunció un discurso no sólo de alta calidad intelectual, sino también del sentimiento profundo que le provoca la poesía de Machado. No se trata de una pose estudiada. Su discurso fue lo mejor, en mi opinión, del acto organizado por el director de la RAE.

El discurso que Machado escribió para su ingreso en la Academia, excelente, aunque no se encuentre entre sus mejores textos. Admirador de Proust y Joyce, derivó hacia especulaciones filosóficas bien intencionadas, pero menores. Lo leyó José Sacristán, que desde hace muchos años es el mejor actor que pisa la escena española.

La respuesta a la maestría de Sacristán la dio Juan Mayorga, académico de la RAE, hombre de teatro como autor y director, guía de una parte sustancial de las nuevas generaciones que, en Madrid, han convertido a las salas teatrales en la fascinación que congrega al año un millón de espectadores más que los estadios de los equipos madrileños de fútbol de Primera División. Mayorga se refugió en Azorín. Mantuve largas conversaciones con el maestro en el ABC verdadero y en su casa junto al Parlamento. Recitaba sin fallar un verso algunos poemas machadianos que olvidó Mayorga.

Tras los discursos, actuó Juan Manuel Serrat. Me entristeció comprobar los estragos que la edad ha hecho en el gran cantautor. Durante su vida artística convirtió en música los versos de Machado. También los de Neruda y Alberti, amén otros poetas. Dediqué a Serrat comentarios a lo largo de los años y por eso me entristeció verle ya anciano. El público le aplaudió intensamente y Muñoz Machado tuvo la habilidad de solicitar un bis, cerrado por la ovación en pie de todos los asistentes.

En medio de la procacidad política que invade a la sociedad española, reconforta asistir a actos como este que demuestran el alto nivel de un sector de la vida madrileña a la que Machado, como a sus «álamos del amor», podría decir: «Conmigo vais, mi corazón os lleva».

Luis María Anson, de la Real Academia Española