Cargando...

El bisturí

La mosca cojonera de Pedro Sánchez

Madrid tiene hoy la mejor Sanidad de España y se encuentra a la vanguardia mundial

Isabel Díaz Ayuso se ha convertido en la china en el zapato de Pedro Sánchez, la mosca cojonera que indigesta sus almuerzos, desdibuja sus sonrisas, nubla sus pensamientos y ensombrece aún más sus oscuros sueños. El presidente del Gobierno se equivocó con ella de cabo a rabo desde el primer momento y lo sigue haciendo al empecinarse en sus ataques. Pensó que sería la presa fácil de la pareja formada con José Luis Martínez-Almeida que eligió el PP para comandar Madrid en la era post Cifuentes y post Garrido, y pinchó en hueso. Craso error. Cada paso dado en su contra ha terminado por reforzarla, porque la presidenta de la Comunidad encarna la antítesis de la ideología rancia que propugna la izquierda que gobierna España, y como la izquierda cotiza a la baja, ella lo hace al alza. Es una cuestión de equilibrios. Así de simple. Díaz Ayuso ha contado además en su exitosa trayectoria como máxima enemiga del régimen con dos ventajas añadidas: la desastrosa gestión del PSOE, Sumar, Podemos y demás sucedáneos de la autodenominada izquierda «progresista» en todos estos años, y las piezas elegidas por el propio Sánchez para desgastarla. Ver en acción criticándola a un gris comisario político teledirigido desde Moncloa y Ferraz como es el delegado del Gobierno invita desde luego a votarla. Si había alguna duda, el plúmbeo Francisco Martín inclina por sí solo la balanza. Contemplar a Óscar Puente reprochando a Madrid el mal funcionamiento del Metro con fotos «fake» de su colapso en París mientras los Cercanías que dependen de él exasperan a los ciudadanos con sus retrasos tercermundistas es otra invitación a apostar por la lideresa popular. Si a la gente se le da a elegir entre ella y el nefasto ministro de Transportes no hay color. Y escuchar a la incontinente verbal Mónica García bramar contra la Sanidad de Ayuso mientras con ella a los mandos de la Sanidad española se han batido todos los récords de pacientes en lista de espera y de dilaciones en la aprobación de los nuevos medicamentos empuja desde luego a fiarse de la presidenta autonómica con los ojos cerrados. El caso de este ariete con ínfulas elegido por Moncloa que tiene a todos los médicos en contra y que representa a un partido marginal resulta además especialmente beneficioso para Ayuso: cada exabrupto de la ministra equivale a un buen puñado de votos menos para la ultraizquierda y un buen puñado de sufragios más para la enemiga de Sánchez. Y si no, los datos se lo recuerdan a los votantes: Madrid tiene hoy la mejor sanidad de España y se encuentra a la vanguardia mundial, según los rankings de referencia nacionales e internacionales. De esto, la ministra no se entera, ni de que su compañero Puente se cuela en los hospitales a los que ella tanto critica. La verdad es que no se entera de nada. No conviene olvidar tampoco la atracción que suscitan entre los ciudadanos las heroínas, algo que es tradición en la historia española. Y Ayuso, acosada por un Gobierno que utiliza todos los medios del Estado, se ha convertido en una. A Ferraz y a Moncloa les ha salido por la culata el tiro de su novio tras el error mayúsculo cometido por el fiscal general. Al final, la presidenta madrileña se presentará ante la opinión pública como la gran vencedora y aplastará a sus rivales en las urnas, como ya hizo en el pasado con otros socialistas y Pablo Iglesias.