«De Bellum luce»

Otro medio año más de siesta para Sus Señorías

La renuncia a unas nuevas cuentas tiene múltiples efectos económicos sobre el ciudadano de a pie, y también sobre la marcha de la economía nacional

Sus Señorías abandonaron el pasado jueves el Congreso con la perspectiva de que de aquí a como muy pronto septiembre no tendrán más obligación que la de asistir a las sesiones plenarias que se convoquen, además de alguna reunión de comisión, para hacer de hooligans de sus partidos siguiendo las consignas que convengan al bienestar de sus organizaciones políticas.

Desde que se constituyeron las Cortes Generales el pasado 17 de agosto la actividad legislativa es tan precaria que prácticamente puede reducirse al retoque constitucional para ampliar los derechos de las personas con discapacidad y eliminar del texto la expresión «disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos». El primer proyecto de ley al que ha dado luz verde el Congreso en siete meses ha sido la ley de Enseñanzas Artísticas, y todo lo demás, incluido el decreto ómnibus, sigue enfangado en la fase de enmiendas. Con este deficitario resultado en nivel de productividad, Sus Señorías votaron la ley de amnistía y tan tranquilos regresaron a sus casas, sabiendo que por delante les espera al menos otro semestre en el que podrán seguir sesteando, en una especie de vacaciones con todo incluido en la que de ellos solo se espera que estén en sus escaños cuando se les cite para aplaudir al líder o silbar al adversario.

El deterioro institucional avanza a tal velocidad que ya hemos asimilado como parte estructural de esta normalidad en la que todo es excepcional el hecho de que los Presupuestos Generales del Estado sean considerados como un simple instrumento al servicio de un presidente del Gobierno para medir el tiempo que puede seguir habitando en Moncloa con una productividad cercana al cero en términos de interés general. La renuncia a unas nuevas cuentas tiene múltiples efectos económicos sobre el ciudadano de a pie, y también sobre la marcha de la economía nacional, pero esto es lo de menos cuando los cálculos que se hacen en Moncloa solo miran al momento en que podrán dar una patada hacia adelante a unos nuevos Presupuestos, cuesten lo que cuesten a favor de la nómina independentista, en tanto que sean el seguro de vida por dos años más para Sánchez en el poder.

En cualquier caso, no cabe sorprenderse ya de nada en unos tiempos en los que en la política nacional se ha convertido en modelo estándar lo de sestear en todo lo que tenga que ver con el ejercicio del poder entendido como servicio público. Y todavía veremos cosas que nunca llegamos a imaginar.