Apuntes

De la penetración en el mundo actual

«Los varones españoles no leen ensayos feministas porque viven en una sociedad fuertemente matriarcal»

A los que pasamos la primera juventud atosigados por el lema «no hay mujer frígida sino hombre inexperto», que, entonces, la izquierda trataba de liberar sexualmente a la mujer fuera como fuera, no nos ha sorprendido la afirmación de la exministra Carmen Calvo de que «las jóvenes aceptan la penetración sin rechistar», asunto que reivindica a más de uno de la quinta, harto de trabajar y de pensar en la muerte para retrasar lo inevitable, naturalmente, sin ningún éxito. Luego, con el tiempo y la experiencia, la cosa cambiaba y descubrías que, simplemente, había mujeres a las que no le gustaban los hombres, y hombres a los que no le gustaban las mujeres, sin que por ello fueran homosexuales. Mas bien, hablamos de aburrimiento. Se trataba, pues, de buscar en el sector correcto y la vida mejoraba mucho, para ambos. Esto, adobado con unas dosis de feminismo sobrevenido, adquiere ahora tintes de intelectualidad y da para escribir libros-guía «de mujer a mujer», que, por supuesto, la mayoría de los varones no leerán jamás, porque el proverbial matriarcado de la sociedad española ya se lo ha dejado clarito, clarito.

Reflexionaba uno sobre estas cosas mientras el Ayuntamiento de mi pueblo, Majadahonda, rendía el homenaje anual, por San Valentín, a los matrimonios que cumplen las bodas de oro, es decir, cincuenta años de casados. Tocaba a los que pasaron por el altar, entonces se llevaba poco la vía civil, en 1974, y pudimos contar con 18 parejas, en buen estado general de revista, acompañadas de su correspondiente descendencia, con hijos ya talluditos y nietos felices de ver a los abuelos recibir la placa, proyectar sus fotos familiares, también vídeos antiguos, y departir con la alcaldesa, Lola Moreno, durante el «vino español». Medio siglo, ahí es nada, para unos vecinos que habrán pasado lo suyo, pero que siguen juntos, creo yo, porque han establecido unos lazos de complicidad ya indestructibles. No sé si la ex ministra Calvo trata el asunto de la complicidad en la pareja o si todo lo reduce a la función sexual, mejor dicho, disfunción sexual, pero ahí tiene un campo virgen para su próximo ensayo. Para documentarse, basta con mirar a su alrededor, que ya decían nuestros colonizadores romanos que «nuptias non concubitus, sed consensus facit».