El trípode

Plantón personal y político a Sánchez

Sánchez perdió las últimas elecciones generales del 23 J y se alió con todas las siglas comunistas unidas en torno a la marca Sumar liderada entonces por la vicepresidenta Yolanda Díaz para poder seguir en el gobierno.

El icono de la crispación política a la que ha llevado a España el inquilino de la Moncloa lo tenemos reflejado en el enfrentamiento entre Sánchez e Isabel Díaz Ayuso. El que una presidenta autonómica sea la gran adversaria del presidente del Gobierno ya es una muestra de la anomalía política que Sánchez ha traído a España. Para entender debidamente esta situación es preciso no olvidar que el sanchismo es exactamente un Frente Popular, y concretamente el segundo instalado en España en toda nuestra Historia. El comunismo es una anomalía política en la UE, que ya fue condenado por el Parlamento Europeo mediante una Resolución de septiembre de 2019 calificándolo de «ideología totalitaria» nada menos que junto al «totalitarismo nazi», y actualmente es el socio de Sánchez en el gobierno. Sánchez perdió las últimas elecciones generales del 23 J y se alió con todas las siglas comunistas unidas en torno a la marca Sumar liderada entonces por la vicepresidenta Yolanda Díaz para poder seguir en el gobierno. Con esa coalición –un auténtico Frente Popular– está en la Moncloa, y con escasamente 148 escaños tras la ruptura de Podemos con Yolanda. Los restantes votos para alcanzar los 176 de la mayoría absoluta en el Congreso los consigue con los 7 de ERC, los 7 de Puigdemont, los 6 de Otegi y los 5 del PNV. Además de los 4 de Podemos. No debe sorprender que a esa mezcla Alfredo Pérez Rubalcaba la calificara de «Frankenstein político». Es evidente que ser gobernados por semejante monstruo político es la causa del deterioro instalado en la vida política y que ya comienza a sentirse en algunos ámbitos de la sociedad civil.

Acusar en este clima político de «falta de respeto» a Ayuso por no acudir a una cita con Sánchez en la Moncloa resulta incluso conmovedor. Su manifiesta incapacidad para gobernar tiene también un reflejo en el caos ferroviario actual, que no tiene precedente conocido en España, donde hemos pasado de tener una red ferroviaria de alta velocidad, modelo de servicio de calidad y de puntualidad, a una sucesión de problemas que este fin de semana han afectado a 50.000 viajeros de Madrid y la zona de Levante. El ministerio de Transportes y Movilidad es el responsable político de RENFE y Adif, y sus dos últimos titulares han sido claros referentes políticos del sanchismo: José Luis Ábalos y ahora Óscar Puente. En esas manos estamos y así se entiende mejor lo que pasa. Y así se entiende también que Ayuso le dé un plantón –personal y político– sin precedentes a Sánchez.