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Los Presupuestos como arma cargada de futuro o presente
Los «sanchólogos» –no militantes– más reputados están convencidos de que la clave de la duración de la legislatura está en los Presupuestos
Bertrand de Jouvenal (1903-1987), politólogo y economista francés, uno de los primeros que estableció relaciones entre la economía y la ecología política, hablaba del «arte de predecir el futuro político». Lo cita Federico Trillo en sus recién aparecidas «Memorias de anteayer» (Deusto), que merecen una lectura, aunque sea con la técnica «rápida» que Manuel Fraga (1922-2012) le recomendó cuando el exministro era todavía un universitario. También allí cuenta una anécdota deliciosa. En una ocasión, uno de los colaboradores directos del fundador del PP introdujo en un informe una pequeña trampa para pillar a Fraga. En medio de las páginas del texto, colocó una frase que decía: «Si has llegado hasta aquí, doy cinco mil duros». El político tomó las páginas mecanografiadas del estudio y, en un momento determinado, sin levantar ni tan siquiera la vista de los folios, dijo: «¿Cuándo me pagas los cinco mil duros?».
Pedro Sánchez, en lugar de practicar el arte de predecir el futuro, prefiere construirlo y adecuarlo a sus intereses. Ahora, aunque resulte paradójico, los problemas para aprobar unos Presupuestos Generales del Estado son una de sus últimas y grandes bazas. Si Blas de Otero (1916-1979) escribía que «la poesía es un arma cargada de futuro», el inquilino de La Moncloa ha descubierto que las cuentas del Estado son su mejor arma de presente y de futuro. La experiencia más reciente constata que, aunque sea poco estético y democrático –elude controles– en España es posible gobernar sin Presupuestos y, además, aumentar el gasto de manera notable. La vía de los «suplementos del crédito», los «créditos extraordinarios» y las «transferencias de crédito» –todo según el confuso para los ciudadanos lenguaje de la contabilidad pública– permite hacer maravillas, sin que, al menos por ahora, la oposición ponga el grito en el cielo. Es poco estético, pero eso al líder del PSOE quizá no le importa demasiado. Los «sanchólogos» –no militantes– más reputados están convencidos de que la clave de la duración de la legislatura está en los Presupuestos. Si Sánchez piensa que lo que más le conviene es adelantar las elecciones, presentará unas cuentas muy expansivas –gastos a mansalva–, pero con trampas, para que se las tumben y presentarse como una víctima ante el electorado. Si cree que es mejor esperar a otro momento, eludirá ese trámite con el argumento de que todo se puede hacer sin Presupuestos. En definitiva, es otra manera de «predecir el futuro político», como ya explicó Jouvenal.
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