Big data

La productividad en España se sitúa casi un 20% por debajo de la media comunitaria

La tasa de actividad en nuestro país es la más baja de la eurozona

La productividad del trabajo en España sigue cayendo. El incremento de salarios, en SMI, y coste sociales, mayores a los aumentos en el valor de la producción de bienes y servicios nos alejan cada vez más de la media europea, que al cerrar el 2020 se situaba ya en 18,7% por debajo de la media de la Unión Europea, distancia que multiplica por dos la que existía en 1995.

Esta menor productividad comporta un reducción en la renta por habitante con respecto al PIB, que nos aleja definitivamente aún más del promedio europeo y que supone un lastre notable para la competitividad nacional en un mercado global cada día más complejo y exigente.

España es el país de Europa con mayor tasa de paro, superando al cierre del tercer trimestre el 11,84% en este mes de octubre, según datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) elaborada por el INE (Instituto Nacional de Estadística).

Y eso según los datos oficiales que contabilizan únicamente 2.855.000 parados. Al iniciar 2023 el SEPE (Servicio Público de empleo) reconocía la existencia de 443.078 fijos discontinuos no incluidos en la estadística de desempleados, por lo que estaríamos hablando en realidad de 3,3 millones de personas que quieren trabajar y no pueden, por lo que la tasa de españoles sin un puesto de trabajo auténtica se situaría en el 13,69%.

Pero si recurrimos a la estadística europea, al Intrastat publicado en enero de este año, la tasa de actividad española era también la más baja de la eurozona, con tan solo el 58,6% de las personas en edad de trabajar, cuando la media de la zona Euro alcanza nada más y nada menos que el 74,5%.

Esta brecha descomunal es alarmante. Estamos hablando de 15,9 puntos porcentuales por debajo de nuestros socios del euro, lo que supone un lastre notable que no somos capaces de recuperar por más que el discurso oficial se manifieste en otros términos muy dispares.

Nuestra población activa no son los 24,1 millones que recoge el INE, sino que deberíamos situarla en el entorno de los 27 millones. Por lo que el paro real en nuestra nación no se cifra en 2,8 millones como dice la EPA, ni en 3,3 millones, si se le suman los fijos discontinuos como es de rigor, sino en una magnitud que supera los cinco millones de personas, con todas las que han renunciado a la búsqueda de trabajo aun teniendo la edad laboral requerida y que por lo tanto no figuran en ningún registro oficial del Ministerio de Trabajo y otras referencias estadísticas.

Estos dos récords europeos, el del mayor paro y el de menor población activa, nos conducen al empobrecimiento.

Y las medidas gubernamentales del gabinete de coalición entre socialistas y populistas contribuyen a darle la puntilla a nuestra economía desmotivando el emprendimiento y disminuyendo la productividad.

La media de horas reales trabajadas en las cuatro grandes economías europeas es muy similar; 40,4 horas en España y Alemania, 40,0 horas en Francia e Italia.

Pero la productividad de una hora trabajada nos distancia; mientras que Francia está en el 105,5% (considerando el índice 100 como media europea), Alemania e Italia se encuentran en el 102,1% y 101,1%, respectivamente, España baja al 94,6%.

Promover la rebaja de la jornada laboral manteniendo el mismo salario y cotizaciones sociales hará caer aún más la productividad. Si pasamos de 40,4 horas reales a 35,00 horas, la productividad española caerá hasta el 89,9%.

Nuestro país tiene un serio problema que arrastra desde hace años y que con la izquierda en el poder se ha agudizado. El compromiso de investidura alcanzado por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz no reconducirá las carencias que minan el potencial económico y nuestra capacidad para prosperar.