
Editorial
El régimen corrupto que camina hacia el colapso
Se ha convertido en un elemento tóxico para sus socios y su partido. Todo pasa por cuatro votos que nos lleven a elecciones
Después de siete años, al menos no podemos cuestionar la pericia de Pedro Sánchez para crear cortinas de humo, orquestar maniobras de distracción y aplicarse con obsesión en la doblez y la mentira. Su capacidad para manejarse en la entelequia le ha permitido llegar hasta aquí y salir de no pocos apuros cuando sus adversarios lo creían un cadáver político. El embrujo, sin embargo, se ha desplomado sobre un escenario que ha dejado al régimen con la desnudez de la mezquindad que merece. Creemos que la corrupción sistémica del régimen sanchista, expuesto con rotundidad y sin paliativos por las investigaciones judiciales y el trabajo extraordinario de la UCO, ha activado una cuenta atrás de forma irreversible. La agonía del presidente, del Gobierno y del partido ha entrado en una fase crítica. Los escándalos han saturado los terminales de una administración que no verá un mañana, entendido como porvenir despejado y limpio, como ha sido recogido por la prensa internacional más prestigiosa, para la que el colapso del sanchismo resulta inevitable. Sabemos que el presidente no nos librará a los españoles del bochornoso espectáculo de una resistencia numantina convertida en una huida a ninguna parte a costa del país y sus ciudadanos, porque la alternativa pasaría muy probablemente por afrontar un horizonte judicial doloroso. El penúltimo señuelo ha sido el enfrentamiento público con la OTAN, con todos los aliados, por el famoso 5% del gasto militar que se debería debatir en la inminente cumbre de la Alianza. Tampoco ha tenido suerte porque ese leve murmullo ha quedado enterrado en minutos por el estruendo provocado por la entrada de los agentes de la UCO por orden del Supremo en las sedes del PSOE en Ferraz, Adif, el Ministerio de Transportes y Carreteras en busca de documentos de la banda sanchista, además de por la imputación oficial del exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, en la trama corrupta y los indicios contra Pardo de Vera y el exdirector de Carreteras que los ha dejado al borde de la acusación en la Audiencia Nacional. Hablar de tormenta perfecta contra el presidente del Gobierno y el régimen despótico que encarna junto a los enemigos de la España constitucional puede ser incluso una valoración optimista cuando sabemos que hay mucho más y que todo es susceptible de empeorar tras los probables acuerdos de Ábalos o Koldo con la Fiscalía. Se ha comentado que no existe una salida digna para Sánchez. A nuestro parecer, no la hay bajo etiqueta alguna. Aspira a aguantar en estas condiciones dos años, sinceramente es poco probable que lo haga dos meses. Se aducirá que al otro lado de la renuncia se cierne el abismo para Sánchez. Su problema es que se ha convertido en un elemento tóxico para sus socios y su partido. Todo pasa por cuatro votos que nos lleven a elecciones.
✕
Accede a tu cuenta para comentar