Opinión

La ruleta de los pactos

Nada es descartable. Ni siquiera la posibilidad de nuevas elecciones. Como si hubiésemos votado mal los ciudadanos y tuviésemos que intentarlo de nuevo

En este día de la marmota de las cábalas sobre pactos en el que nos hallamos, la cosa no va ni para adelante ni para atrás. A los del PSOE les frena la Junta Electoral en su pretensión de revisar un puñado de votos nulos, que les venía más que bien transformar, como si de agua en vino se tratase, en escaños. Y es que ni con todos los deditos les dan. Tampoco están mucho mejor enfrente. Aunque a Feijóo a optimista no le gane nadie y ahí siga, erre que erre, sin darse por vencido ni dar por vendido todo el pescado. Y eso que el juega, no solo contra el dato, sino también contra el relato: contra el primero porque aún no ha llegado a esa mayoría necesaria; contra el relato porque Sánchez ha convencido a muchos de que él ha ganado. No se rían: hay gente convencida de que las elecciones las ha ganado el PSOE. Y cuando les dices que el PP tiene más escaños y más votos, y que Vox ha quedado por delante de Sumar, te miran con cara de vaca viendo pasar trenes y abren la boca dos o tres veces, sin emitir sonido alguno. Como el pez aquel de Juan Luis Guerra que tocaba con su nariz en tu pecera.

Pedro Sánchez ha convencido a muchos de que él ha ganado

El caso es que no, que Sánchez no ha ganado. Que el que ha ganado ha sido Feijóo y que ambos están igual de cerca (o de lejos) de esos 176 escaños de la mayoría absoluta. Eso sí, ahora que Vox ha ofrecido sus votos sin pedir a cambio presencia en el gobierno, se acaban las excusas para los que no estaban dispuestos a dar su apoyo a un gobierno que contara con estos entre sus filas. Así, entre PP y Vox llegarían a los 170 escaños y podrían contar con el de Coalición Canaria, que se mostraba a favor de apoyar a Feijóo en su investidura, y con el de UPN, que también. 172 escaños, a cuatro de la mayoría absoluta. Por su parte el PSOE, juntando al arroz con cosas que es Sumar (Unidas Podemos, Más Madrid, Compromís, Izquierda Unida, Chunta Aragonesista, AraMés, Alianza Verde, En Comú Podem, Verdes Equo, Drago Canarias, Más País, Iniciativa del Pueblo Andaluz, Izquierda Asturiana, Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía…) y a los separatistas (ERC, EH Bildu, PNV y BNG) se queda en 171. Y, suponiendo que llegara al poder y vendido a las exigencias de sus socios (de todos, que no son pocos), debería además lidiar con una oposición que cuenta con gran poder territorial, incluso en algunas de las comunidades en las que tradicionalmente socialistas, y amplia mayoría en el Senado. Vistas así las cosas, no parece que el ganador sea el PSOE: ni en votos, ni en escaños, ni en cábalas. Y por rizar un poco más el rizo, ya le advierte Junts per Catalunya de que cualquier apoyo suyo pasa por el prófugo Puigdemont y hablar de autodeterminación y amnistía.

A ocho días de que se constituyan las cámara el próximo día 17, está ajustada la cosa en la Mesa del Congreso: de los nueve miembros, tanto PSOE como PP tendrían cuatro cada uno, pero de sus apoyos depende la constitución final de la Mesa y quién se hace con ese quinto miembro que decantaría la primacía de uno sobre otro. Nada es descartable. Ni siquiera la posibilidad de unas nuevas elecciones. Como si hubiésemos votado mal los ciudadanos y tuviésemos que intentarlo de nuevo. A ver si, por fin, lo hacemos bien y no nos queda para septiembre.