Sin Perdón
Sánchez o el ocaso de un farsante
«La entrada de la UCO en la sede del PSOE es una nueva etapa de una corrupción sistémica»
A estas alturas resulta imposible contener el desastre. La entrada de la Guardia Civil en la sede del PSOE es el mejor resumen de la corrupción del sanchismo. En este caso es la económica protagonizada por los dos secretarios de Organización. No es necesario hablar de presuntos corruptos, ya que ha sido reconocido por el propio Ábalos. No hay que olvidar que Sánchez los condenó y expulsó en un estéril intento de acotar el escándalo a tres golfos desaprensivos como el exministro, Santos Cerdán y Koldo. No era posible, porque los tentáculos de la trama eran muy amplios. Y eso que todavía no sabemos hasta dónde pueden llegar. No se puede hablar de solo tres personas, porque han tenido muchos colaboradores. El sanchismo ha sido liquidado por estos hampones. Está también la corrupción política que son los brutales ataques de Sánchez al Estado de Derecho y la separación de poderes. El empecinamiento de sobrevivir a cualquier precio mintiendo, manipulando y despilfarrando es el legado de su presidencia. Las cosas positivas quedan laminadas por el alud de noticias protagonizadas por la organización corrupta liderada por Ábalos y Santos Cerdán, así como a las cloacas de Leire Díez Castro y sus indeseables compinches. El nivel de la basura que existía en el PSOE, junto a muchas personas honorables, es impresionante. La entrada de la UCO en la sede del PSOE es una nueva etapa, desgraciadamente, de una corrupción sistémica que se mantiene desde la Transición. No sirve poner en marcha el ventilador, porque existe una responsabilidad directa e incuestionable del presidente del Gobierno. No es suficiente decir que se tomarán medidas, sino que hay que asumir responsabilidades. No importa que se encierre en el búnker de La Moncloa y que viaje al extranjero o limite las actuaciones públicas para frenar su exposición y evitar los abucheos y protestas. La realidad es que la humillación de este viernes será otra de las ingentes que marcará una presidencia en declive que está agotada. La imagen internacional es demoledora. Está sucesión de escándalos ininterrumpidos no se resuelve con medidas improvisadas para maquillar la situación mientras se espera ganar tiempo y alguna noticia que tape la anterior. Sánchez ha demostrado que es un incompetente y un farsante.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)