Canela fina
Sánchez, en un palacio regalo de Juan Carlos I
«Pedro Sánchez y su familia veranean en un palacio que fue propiedad de Juan Carlos I y que el Rey donó a Patrimonio Nacional»
El Rey Hussein de Jordania construyó el palacio de La Mareta a orillas del mar océano al noreste de Lanzarote, junto al pueblo Costa Teguise. Nunca lo utilizó, aunque su hijo se instalara allí tras su boda. En 1980, el monarca jordano regaló el palacio a Don Juan Carlos y en él, por cierto, falleció Doña María, la esposa de Juan III y madre de Juan Carlos I. Como tantos otros regalos recibidos, desde automóviles a libros, el Rey español trasvasó la propiedad del palacio a Patrimonio Nacional. Los buitres que se lanzaron sobre Juan Carlos I en una desmesurada campaña de despropósitos no hablaron jamás de los innumerables regalos que Don Juan Carlos hizo al Estado español.
Ni siquiera Pedro Sánchez ha tenido una palabra de agradecimiento, cuando veranea a cuerpo de rey en una propiedad que fue de Don Juan Carlos. Por el contrario, de forma indirecta se sumó a la feroz campaña desencadenada por la extrema izquierda contra el Monarca que ha encarnado uno de los cuatro grandes reinados de la Historia de España, junto a Carlos I, Felipe II y Carlos III. Ni ha agradecido al Rey padre el regalo de La Mareta ni ha reconocido que el fiscal suizo de izquierda radical, tras escudriñar más de 30 años de la actividad de Don Juan Carlos, sin los límites de la inviolabilidad, firmó un auto afirmando que no había encontrado un solo indicio de delito. Y la fiscal española de extrema izquierda, Dolores Delgado, tras analizar los ocho años de 2014 a 2022, sin la inviolabilidad que la Constitución otorga en España al Jefe del Estado, tal y como ocurre en otras muchas democracias occidentales, llegó a la misma conclusión: ni un indicio de delito.
Juan Carlos I, sin embargo, para no perjudicar a la Corona encarnada por su hijo Felipe VI, permanece en el extranjero mientras Pedro Sánchez y su familia veranean en el palacio canario que él donó al Estado.
La buena educación exige desear al presidente del Gobierno y a los suyos muy felices vacaciones y que disfruten al máximo de La Mareta, aunque sea por última vez, según afirma Isabel San Sebastián en un artículo publicado en el diario ABC.
Luis María Anson,de la Real Academia Española