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«Tierra quemada» tras la «Tierra firme» de Sánchez (y 2)

Martín Seco, que desmonta uno por uno los supuestos éxitos económicos del Gobierno, coloca en el mismo plano, «los extremos se tocan», a Meloni y Abascal con Sánchez

Jacinto Benavente (1866-1954), premio Nobel de Literatura (1922), en «Los intereses creados», desgrana una reflexión moral escéptica sobre la sociedad de su tiempo y afirma: «Para salir adelante con todo, en este mundo mejor que crear afectos es crear intereses». Juan Francisco Martín Seco ha elegido la última parte de esa frase para colocarla al principio de su libro «Tierra quemada: quattuor annis horibiles». El propio autor explica que no se trata de una respuesta a la «Tierra firme» escrita por Irene Lozano, pero firmada por Pedro Sánchez, un auto panegírico que se ha dedicado a sí mismo. No obstante, Martín Seco admite que su título es la otra cara de la del inquilino de La Moncloa. Lo justifica porque «estos últimos cuatro años se han perdido económica y socialmente y han sido nefastos para la democracia y las instituciones. Está lejos de la tierra firme que el presidente intenta anunciarnos. Todo apunta a que después de su marcha España será una tierra quemada». Martín Seco, que se declara jacobino y fue asesor económico de Julio Anguita, se centra, sobre todo, en la política económica del Gobierno. Llama a Sánchez «Pedro el de las mercedes» por las concesiones que ha hecho para alcanzar y mantenerse en la presidencia. El libro, terminado de escribir a finales de 2023, no puede abordar la amnistía, pero sí los indultos a los condenados del procés, de los que dice «que si prescindimos una vez más de la representación y de toda la farfolla creada para ocultar la verdadera realidad, lo que encontramos es algo muy simple, pero al mismo tiempo más grave: el cohecho más insólito cometido por un gobierno». Ahora, sin duda, donde escribe indultos, escribiría amnistía. «Lo que hace distinto este indulto –amnistía, el guion es mío– de cualquiera que se haya otorgado es que en ningún otro caso quien lo concedía debía el gobierno y el mantenimiento en el poder a aquellos que indultaba –amnistiaba–». Martín Seco, que desmonta uno por uno los supuestos éxitos económicos del Gobierno, coloca en el mismo plano, «los extremos se tocan», a Meloni y Abascal con Sánchez: «Unos de izquierdas, otros de derechas, ejecutan de una u otra forma políticas parecidas. (...) Sus medidas no buscan incrementar la igualdad real, sino que tengan apariencia de tales. El resultado social importa poco, lo relevante es conseguir la adhesión de las masas (...) con actuaciones no solo contraproducentes sino chapuceras». Después, quizá ya, más allá de las elecciones catalanas y de la amnistía, «Tierra quemada», por muchos afectos que se cosechen como apuntaba Benavente.