Big data

En tres décadas la inmigración hará aumentar el número de pensionistas en 1,2 millones

La natalidad de las mujeres extranjeras alcanza un tercio del total nacional

La estadística de la UE, así como la EPA del INE del segundo semestre, desmienten que nuestro país precise de mano de obra extranjera. España está a la cabeza de Europa en paro, pese al maquillaje oficial de estos datos. Pero también estamos a la cola en productividad y en tasa de actividad.

La media de la Unión Europea en actividad está en el 75,8%. En España estamos en el 59,03%. Esto quiere decir que ocupados y parados suman 24,8 millones sobre una población activa de 42,0 millones, es decir personas de 16 a 65 años capacitadas para trabajar; trabajen, estén inscritos como desempleados o no busquen trabajo.

Esto nos lleva a que hay 7,0 millones de españoles en edad y capacidad laboral que ni trabajan, ni figuran como demandantes de empleo. Es un auténtico escándalo en el seno de la Unión Europea y una ruina económica para la nación.

Si se anima, en unos casos y se fuerza en otros, los ocupados en España pasarían de 22,3 a 29,3 millones. El número de cotizantes se incrementaría en un 31,9%. La Seguridad Social tendría de nuevo superávit y podría sostener las pensiones y Hacienda incrementaría notablemente la recaudación de IRPF e IVA, con lo que se podría reducir impuestos y amortizar deuda pública.

Además serían miles de millones de euros los que nos ahorraríamos en subvenciones, subsidios, paguitas y demás métodos de comprar votos y alimentar la vagancia. ¿Necesitamos inmigrantes si movilizamos a estos 7 millones que deberían estar buscando trabajo u ocupados?.

En un periodo de 20 a 30 años la inmigración hará incrementar el número de pensionistas en 1,2 millones de personas. Son los que hoy cuentan entre 35 y 44. Mientras que la jubilación de los nativos españoles comprendidos en esas edades se incrementará en 5,7 millones. Por lo que en tres décadas el 17,8% de los pensionistas serán de origen inmigrante. Hoy la proporción de jubilados es de 4,9% de inmigrantes frente al 95,1% de españoles. Por lo que el sistema público de pensiones colapsará. Ya que la media salarial de los inmigrantes, y por lo tanto sus cotizaciones, está por debajo de la media nacional, por lo que no aportan los mismos recursos a la Seguridad Social que los españoles, y sin embargo tendrán derecho a una pensión contributiva de jubilación que se irá revalorizando con el tiempo.

Por otra parte, la natalidad de las mujeres extranjeras se elevó en 2023 a 100.365 nacimientos, el 31,3% del total nacional, mientras que las nativas sumaron 220.291 hijos, el 68,7%. Más significativo debe ser comparar estos resultados con la proporción real de inmigrantes extranjeros en España, que es el 11,6% y ya cuentan con un tercio de los nacidos.

La estadística de reclusos correspondiente a 2023 del Consejo General del Poder Judicial apuntaba a que el 31,2% de los recluidos en centros penitenciarios son extranjeros. Otro dato que contrasta con el peso real de los extranjeros en España.

Las estadísticas gubernamentales sobre los pros y contra de la inmigración están disponibles en los países escandinavos; en el otro extremo, el oscurantismo reina en España.

En un informe del gobierno de Dinamarca de 2018 se cuantificaba lo que cuesta a la sociedad danesa los inmigrantes. La contribución neta total de los inmigrantes y sus familiares fue de saldo negativo con -24.000 millones de Coronas al cambio, 3.220 millones de euros, y el 1,07 % del PIB.

Por otra parte, se calcula que en Europa hay entre 2,6 y 3,2 millones de inmigrantes irregulares. Una nueva investigación demuestra que, por lo general, se prefiere que los inmigrantes irregulares tengan acceso a la atención sanitaria primaria antes que recibir ayudas por bajos ingresos. Los encuestados del Reino Unido fueron los menos partidarios de conceder a los inmigrantes irregulares acceso a la atención primaria de salud.

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Big dataA. CruzLa Razón