Tribuna
De valores y derechos
Libertad, igualdad y justicia, son los valores que enmarcan a todos los demás. Reducir el aprendizaje solamente a una parte de los valores, como se pretende, es educar con sesgos y por lo tanto no hacerlo de forma completa.
Leí hace unos días que el Gobierno quería implantar, finalmente, la última ley de educación y destacaba, entre otras cosas, que la asignatura de Educación para la ciudadanía global fomentaría el aprendizaje de valores como el respeto, la igualdad de género, la diversidad y la solidaridad en todas las etapas educativas.
Desde luego el respeto a los demás, a sus ideas, a sus creencias es imprescindible para la convivencia, pero el respeto es una cualidad de la persona como la generosidad, que hay que cultivar sin duda, en el colegio y en casa. En cuanto a la igualdad, el texto la adjetiva enfocándose exclusivamente al género dejándola por ello totalmente desdibujada ya que género se puede aplicar a personas o cosas y en este caso solo a las mujeres a las que el texto considera por ello desiguales, en otro caso no lo destacaría. En lo que respecta a la diversidad supongo que está incluida en el respeto a los demás por lo que parece redundante. Por último, solidaridad es decir el apoyo, ayuda, protección, respaldo a la persona en dificultades. En otras palabras generosidad, una vez más.
Sin embargo no entiendo cómo los valores a fomentar no se centran en la libertad, igualdad, justicia y pluralismo político, valores que están en la Constitución y son la base de la misma, que enmarcan los anteriores y muchos otros más que cita la ley. Son valores constitucionales, valores de referencia para todo lo demás.
Si queremos educar a futuros ciudadanos libres e iguales, debemos hacerlo primero y principalmente sobre los valores recogidos en la Constitución, a partir de ahí el educador puede entrar en particularidades sociales.
Libertad, claro, de expresión, de conciencia, de decisión, de pensamiento, de elección. Igualdad, naturalmente, de todos, es decir sin exclusión de nadie, ante la ley, ante las oportunidades de desarrollo personal y de trabajo. Justicia, es decir, no dar a todos por igual, lo cual no es justo, sino dar a cada uno lo que le corresponde o se merece por su esfuerzo, mérito o capacidad, y en su caso, lo que precise cualquiera que esté en situación de necesidad. Por último, el pluralismo político, lo que es un reflejo de la libertad.
Libertad, igualdad y justicia, son los valores que enmarcan a todos los demás. Reducir el aprendizaje solamente a una parte de los valores, como se pretende, es educar con sesgos y por lo tanto no hacerlo de forma completa.
Los valores de la revolución francesa son muy similares, aunque cambia la justicia por la fraternidad, es decir hermandad o afecto, claro entre los que comparten los mismos ideales, pues los revolucionarios no tuvieron compasión, ni afecto en absoluto, con los discrepantes, masacrando como en la región de la Vendome de tal forma que la palabra genocidio se utilizó por primera vez en Francia.
Personalmente prefiero los valores de nuestra Constitución, supongo que como la mayoría de mis conciudadanos. Por eso mismo no entiendo lo indicado en la ley, los valores son universales, si no, no lo son. Los valores aplicados a una parte de la sociedad, sean mujeres, o personas con inclinaciones personales diferentes, son particulares, no generales.
Entendería que esas particularidades se mostraran a los alumnos como ejemplos dentro de los valores generales, pero no como se pretende.
Este asunto está tan deformado como los derechos, se han tergiversado de tal forma que ya no hay quien los entienda. La base principal de los derechos es entender, reconocer que uno los tiene y por cierto, no se los asigna o atribuye cada uno o cada grupo social, menudo galimatías, por el contrario son declarados y protegidos por organizaciones supranacionales como Naciones Unidas o las constituciones nacionales. Las mascotas me temo que no pueden entender de derechos, el paisaje supongo que tampoco. Si confundimos los derechos, y no digamos los fundamentales, con otras exigencias personales o sociales, o atenciones debidas a los animales, no sabremos de qué estamos hablando.
En esta ceremonia de la confusión algunos ganan, pero otros pierden, en particular los educandos en sus primeras etapas de la educación.
Luis Feliu Bernárdezes general (r). De la Academia de las Ciencias y las Artes Militares.
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