Sociedad

Salud

Eduardo López Bran: “No todos tenemos una zona de pelo donante apta para el trasplante

Entrevista al director y fundador de la clínica Imema

Eduardo López Bran
Eduardo López BranConnie G. SantosLa Razón

-La moda es viajar fuera “para ponerse pelo”, pero en nuestro país hay grandes especialistas en la materia, ¿por qué?

-En España tenemos una experiencia y un liderazgo en la realización de trasplantes como tratamiento quirúrgico de la calvicie o alopecia androgenética. Esta opción forma parte integral de un abordaje médico quirúrgico del problema, que debe empezar con un diagnóstico del dermatológo de la alteración capilar con la identificación de las causas que han provocado esa caída del cabello, junto con un tratamiento médico farmacológico dirigido a frenar o enlentecer la pérdida de pelo, con la prescripción de un paso por el quirófano en el momento en que fuera necesario, pero siempre dentro de un marco global. Los trasplantes, para que tengan éxito, no sólo tienen que estar bien planificados, sino bien realizados y precisan de un tratamiento pre y posquirúrgico; ya que esto es como una siembra: cuando uno siembra algo hay que abonarlo para obtener la mejor cosecha posible.

-Entonces, ¿es fiable irse fuera?

-No hay ningún motivo para marcharse fuera de nuestras fronteras para realizar los trasplantes porque es verdad que ha habido una época en la que existía una diferencia de precios entre nuestro país y otros del entorno (muchos ni siquiera son europeos). Pero hoy se han homogeneizado, aunque habrá diferencias por el abordaje de equipos con mayor experiencia, la seguridad y el entorno en el que se sitúe la clínica donde se realiza, la tecnología que se emplea. Siempre se ha de contemplar que estamos ante una intervención quirúrgica, con un estudio previo que requiere un emplazamiento seguro, porque existen unos riesgos a minimizar, sabiendo que el riesgo cero no existe.

-Entones, ¿hay motivos para lanzarse a las ofertas en el extranjero?

-No, hoy no hay ningún motivo para acudir a ofertas «low-cost». Porque, muchas veces, más tarde, tienen un coste en malos resultados, en complicaciones, que se podrían haber evitado.

-La gente hoy no entiende que el trasplante de pelo es parte de un abordaje integral. Nadie va al dentista sólo a una cosa, sino que habrá individuos que puedan optar a otras terapias antes de llegar al bisturí, ¿es cierto?

-Sí. Es un buen ejemplo el mencionado, ya que nadie se plantea ir al dentista a ponerse un implante sin cuidar el resto de la boca. ¿Por qué ha sido necesario optar por este proceso? Quizás porque la enfermedad periodontal ha conllevado la pérdida dental, todo enmarcado en un proceso global. En Dermatología es lo mismo. La pérdida de pelo puede deberse a varios motivos, hay que identificarlos y buscar una solución médica para cada uno de ellos. Habrá que repoblar aquellas áreas alopécicas o calvas en las que se ha perdido el pelo y no puede recuperarse con otro tratamiento médico que no sea el quirúrgico. Aunque, al mismo tiempo, habrá que abordarlo con una terapia médica que frene esta situación antes de que sea peor en las áreas no trasplantadas. Se trata de hacer un tratamiento médico quirúrgico integral del problema de la pérdida de pelo con un diagnóstico global que asegura los mejores resultados posibles.

-¿Todas las personas son candidatas a someterse a una intervención capilar para recuperar el cabello?

-No siempre se puede hacer un trasplante. Para ello hay que contar con una buena zona donante, tratar adecuadamente las expectativas del paciente, hacer una buena valoración de la zona donante y receptora... En fin, que esto no es una factoría en la que vas y pides un número de unidades, te las ponen y listo.

-Ante determinados signos clínicos y estilos de vida inadecuados, hay que poner remedio para evitar, si se puede, la caída del pelo. ¿Cuáles serían y qué se podría evitar?

-Para desarrollar una calvice o alopecia androgenética común, que es la causa más frecuente de pérdida de pelo en hombres y mujeres, hacen falta dos factores determinantes: predisposición genética a sufrirla y un factor hormonal. Junto a ellos, hay una serie de factores agravantes cuando ya la pérdida de pelo está en marcha o latente porque no tiene la fuerza genética suficiente para expresarse clínicamente, como son los factores ambientales y el estilo de vida (estrés, mala alimentación, sueño alterado, hábitos tóxicos –alcohol y tabaco–...).

-¿Cómo se aborda clínicamente la pérdida de pelo?

-Primero hay que valorar la pérdida de pelo que tenemos, si es patológica o normal de cabello que está siendo sustituido por otro de idénticas características. La evaluación del paciente ha de tener en cuenta esto para, después, establecer un tratamiento idóneo, ya sea médico, quirúrgico o ambos, según las necesidades clínicas de la persona. Ante los primeros signos de la pérdida de pelo se debe acudir a un especialista adecuado, el dermatólogo, que pondrá en marcha un abanico de soluciones personalizadas.

-¿Cómo es el paso a paso de la operación capilar?

-El trasplante es en realidad un autotrasplante de pelo que consiste en llevar cabello del área donante a la necesaria (en los hombres va en forma de herradura de una oreja a otra y en las mujeres en la nuca, porque en estas zonas el pelo no está predispuesto genéticamente para perderse y se va a conservar toda la vida). Por eso hoy logramos intervenciones definitivas indetectables, naturales y sin cicatrices; pero si va a conllevar una vida no saludable es posible que el pelo no trasplantado continúe perdiéndose, y a un ritmo mayor en ausencia de los factores de riesgo.

-Entonces, ¿se puede perder pelo después de un trasplante?

-Indudablemente. El abordaje quirúrgico permite repoblar las áreas de la cabeza en las que hemos perdido el pelo, pero no va a evitar su pérdida en aquéllas no trasplantadas si está predispuesto genéticamente a que no se pierdan y, además, se grava con los factores ambientales ya comentados. Por lo tanto, en el futuro se necesitará una nueva intervención en las zonas de la base de la calvicie.

-Como la materia prima es propia, ¿se deben extremar las precauciones a la hora de escoger unos pelos u otros?

-Sí, por supuesto. Por eso resulta importante conservar las zonas donantes porque no son ilimitadas. Y algunos no tenemos zona donante. Si se emplea mal, se extraen más de las adecuadas o se desperdician, se compromete su uso para el futuro. Si se extraen 150 unidades y se desperdicia la mitad, comprometemos su existencia de cara a una nueva necesidad.

-Habla en primera persona de que alguno no tienen posibilidad de trasplante. ¿Por qué?

-No me importa reconocerlo, no tengo buen pelo para trasplantar a las zonas con pérdidas. Esto pasa en algunos pacientes porque no se pueden extraer todas las unidades foliculares necesarias; además, las características del pelo no son óptimas, resulta más débil, fino y hay poca cantidad. Y esto provoca que, sin recursos, sea imposible llevar a cabo la intervención.