Coronavirus

¿Es el momento de cambiar la estrategia de vacunación?

Datos de esta semana apoyan la ventaja de dar sólo una dosis al mayor número de personas posibles frente a completar la pauta de dos

Las estrategias de inmunización contra el SARS-CoV-2 en el mundo se dividen en si priorizar dar una sola dosis al mayor número posible o las dos
Las estrategias de inmunización contra el SARS-CoV-2 en el mundo se dividen en si priorizar dar una sola dosis al mayor número posible o las dosDreamstimeLa Razón

¿Qué es mejor vacunar al mayor número posible de población con un sola dosis o hacerlo en número menor pero completando la pauta con las dos establecidas? Esa podría ser, dos meses después del inicio de la campaña de inmunización en España, la cuestión a debatir ahora.

Tras haber definido la población a la que proteger en primer lugar –priorizando a las personas mayores y al personal sanitario en primera línea de contagio del virus, e ir escalando la administración de las vacunas disponibles conforme a este criterio con el que se busca salvaguardar la vida de los más vulnerables–, cabe ahora una vuelta de tuerca más a esta estrategia de vacunación, aunque esta duda responde más a cuestiones logísticas y de eficiencia.

Y es que la aparición de nuevos datos esta última semana sobre la mayor tasa de inmunidad que conferiría una sola dosis de vacuna de la esperada, junto con la evidencia de que ampliar los plazos entre dosis no sólo no sería negativo, sino que incluso podría reforzar el efecto de la vacunación, hacen plantearse esta posibilidad.

La estrategia británica

La opción de primar el poner aunque sólo sea una dosis (de las, a priori, dos necesarias para conseguir la inmunización completa) lo encarna Reino Unido. Desde que William Shakespeare recibiera esa histórica primera vacuna de Pfizer/BioNTech el 8 de diciembre de 2020 son ya cerca de 18 millones de británicos los que le han seguido y alrededor del 20% de la población se ha puesto al menos una dosis. Pero sólo el 0,7% habría completado las dos. Es más, el ambicioso plan del gobierno de ese país tiene como objetivo conseguir vacunar al 80% de la población al menos con una dosis antes del verano.

Para Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), este abordaje «presenta la ventaja de que se está inmunizando a mucha gente, pero también el inconveniente de que para una buena protección se requiere de dos dosis. A falta de evidencia clara de impacto positivo de protección, lo que está autorizado, que son dos dosis, es mejor y da garantía plena de que el impacto de la vacunación será positivo».

Discrepa con él Salvador Macip, profesor de Ciencias de la Salud de la UOC e investigador de la Universidad de Leicester (en Reino Unido), para quien «su estrategia funciona, porque se está viendo que la protección de la primera dosis es mayor de lo que se pensaba y que reduce un 72% el riesgo de enfermedad sólo con una, que es más de lo que se creía». «Se han dado cuenta de que tan sólo con la primera dosis se consiguen elevadas tasas de protección, el doble que con la de la gripe, por lo que es bastante coherente que quieran cubrir a la mayor parte de la población porque la incidencia allí era muy alta», coincide Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph).

Y es que la evidencia científica –como los datos que comenta el profesor Macip, conocidos recientemente– parece corroborar la estrategia británica que, si bien pudo adoptarse forzada por las circunstancias que vivía el país, con la variante del SARS-CoV-2 de la cepa británica campando a sus anchas y con las tasas de contagios desatadas, y ser acertada. Y si, por un lado, la inmunidad conferida con la primera dosis resulta ser mucho mayor de lo que en un principio se esperaba (con la de Pfizer), por otro se ha visto que aplazar la segunda dosis (en el caso de la de Astrazeneca) es incluso mejor que cumplir el plazo marcado hasta ahora.

«Según la ficha técnica y las recomendaciones de los laboratorios, se debe poner la segunda dosis a las tres semanas. Es una recomendación muy estricta y que quizás Reino Unido, por la relación con el laboratorio, que es de allí, tiene más información, porque dudo que se la salten si no tienen seguridad. Los ingleses son más dados a ser osados. Nosotros somos muy cumplidores. Acaba de salir un estudio con la de Astrazeneca que dice que darla después de tres meses es mucho mejor porque los anticuerpos que se han ido adquiriendo empiezan a defender. El momento de poner la dosis de refuerzo es buena cuando los anticuerpos empiezan a bajar», explica el presidente de la Sempsph.

La estrategia de la UE

En el extremo opuesto se encontraría la Unión Europea en general y España en particular, donde la estrategia adoptada prima el completar las dos dosis pautadas por las vacunas aprobadas hasta el momento por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). De hecho, nuestro país ocupa los primeros puestos entre los más adelantados en este sentido.

A favor de ella estaría, además de conseguir una respuesta inmune más fuerte y el hecho de evitar las temidas mutaciones del coronavirus al dejar a medias la pauta. «Existe el riesgo, al no completar las dosis, de que el nivel de anticuerpos sea insuficiente y el virus anide en el organismo y cabe la posibilidad de que mute, y eso es algo que no se sabe», reconoce Ortí. Sin embargo, continúa, «viendo que con una sola dosis los niveles de anticuerpos son muy altos, quizás es mejor de lo que se esperaba». Coincide con él Macip: «Creo que su estrategia ha funcionado porque hay más población inmunizada y el riesgo de mutaciones de momento no está pasando», si bien reconoce que «si me hubieras preguntado hace tres meses habría contestado que la estrategia de la UE, por prudencia, es la más lógica y la de Reino Unido más arriesgada, pero ahora hay datos nuevos y su táctica es mejor».

Muchos han sido ya los cambios aplicados a la vacunación en base a la aparición de nuevas evidencias: desde una menor temperatura de conservación para las inmunizaciones (Pfizer la rebajaba de -80ºC a alrededor de -20ºC) hasta la posibilidad de sacar una dosis más por vial, pasando por la recomendación de poner sólo una dosis a quienes ya han pasado la Covid.

«Es cierto que los británicos se la han jugado un poco porque en los ensayos clínicos no pueden probar todas las variables posibles. Y, aunque está claro que la manera más segura es seguir lo que dice la pauta, era un riesgo calculado, ya que había expertos que creían que podía funcionar. Ahora hay que ir ajustando la estrategia, que reevaluarla», asegura Macip.

Lo que es seguro es que la inminente llegada de la vacuna de Janssen, que sólo requerirá de un pinchazo, evitará este dilema.

El caso de indonesia

Como otros países, Indonesia está implementando un programa masivo y gratuito de vacunación contra la Covid-19, pero con un enfoque muy diferente al de los demás y, en vez de vacunar a las personas mayores en la primera fase de aplicación, las primeras dosis –después de los trabajadores de la salud– serán para los trabajadores de entre 18 y 59 años.

«Se basa en la idea de que los jóvenes son los que más se mueven y que, al estar ellos protegidos, protegeríamos secundariamente a los más mayores. No estoy de acuerdo con esta estrategia. Lo que tenemos que hacer es preservar a la población de riesgo severo y a los vulnerables. Hay, además, factores más importantes para ello, y es que sabemos que las vacunas protegen de la enfermedad, pero aún no si lo hacen de la infección. Es decir, podemos contagiarnos y no enfermar, pero sí transmitir esa infección a otros», explica García Rojas. Y no sólo eso, prosigue, porque «incluso si protegieran de la infección durante el tiempo que tardáramos en vacunar a los jóvenes ¿cuántos muertos estaríamos dispuestos a soportar? Me parece profundamente injusto. Nosotros trabajamos para salvar vidas y eso es lo que hay que hacer».