Covid-19
Así son los niños más frágiles frente al coronavirus
La existencia de asma, diabetes tipo 1, obesidad y problemas psicológicos elevan el riesgo de hospitalización tras el contagio
La Covid-19 no es una enfermedad especialmente peligrosa para los menores, tal y como han demostrado las cifras de estos últimos meses. Sin embargo, eso no quiere decir que los niños estén ajenos a contagiarse por el SARS-CoV-2 y, como consecuencia de ello, a desarrollar un cuadro patológico. De hecho, existen algunos perfiles de niños mucho más vulnerables frente al nuevo coronavirus, como aquellos que presentan problemas de base como asma, trastornos del neurodesarrollo, ansiedad o depresión y trastornos relacionados con el miedo, así como obesidad y diabetes tipo 1, tal y como confirma un nuevo estudio publicado esta semana en la revista científica “Jama Network Open” y elaborado por los Centros para el Control y la prevención de Enfermedades de Estados Unidos entre más de 43.465 menores con diagnóstico de Covid-19 entre marzo de 2020 y enero de 2021.
En concreto, las afecciones subyacentes más comúnmente documentadas entre los niños que fueron diagnosticados con Covid-19 fueron asma, trastornos del neurodesarrollo, ansiedad y trastornos relacionados con el miedo, seguido de obesidad y de anomalías congénitas cardíacas y circulatorias, hipertensión esencial y diabetes tipo 1 tenían un mayor riesgo de hospitalización y enfermedad grave tras el contagio. En este sentido, los informes de cohortes sugieren que los niños con cardiopatía congénita podrían tener un mayor riesgo de enfermedad grave por Covid-19, mientras que un estudio nacional realizado entre adultos y niños en Inglaterra confirmó que la diabetes tipo 1 está asociada con probabilidades más altas de muerte intrahospitalaria tras desarrollar la Covid-19. “Nuestro estudio encontró que la diabetes tipo 1 era un factor de riesgo de enfermedad grave por Covid-19 entre los niños estadounidenses. Esto podría explicarse parcialmente por las complicaciones de la diabetes preexistente o de nueva aparición en el contexto de una infección por SARS-CoV-2 o causas indirectas relacionadas con la pandemia, como por ejemplo retrasos en la búsqueda de atención, retrasos en el diagnóstico y un control glucémico deficiente posterior en pacientes con diabetes tipo 1)”, detallan los investigadores.
Ansiedad, un peligroso factor
Por otro lado, los trastornos relacionados con la ansiedad y el miedo, los trastornos depresivos y los trastornos del neurodesarrollo (estos últimos impulsados por ejemplo por el trastorno por déficit de atención / hiperactividad o los trastornos del espectro autista) también tienen una mayor presencia entre los menores que desarrollan complicaciones tras el contagio por SARS-CoV-2, con una mayor prevalecieron en la muestra recogida en este informe y con un mayor riesgo de hospitalización, pero no con una enfermedad grave una vez que ya están hospitalizados.
Y tal y como ocurre con los adultos, la obesidad es un factor de riesgo conocido de enfermedad grave por Covid-19 y este nuevo estudio proporciona la evidencia necesaria para confirmar que también lo es entre los niños tras el contagio por SARS-CoV-2. Estudios descriptivos y de series de casos previos mostraron que la obesidad es más frecuente en niños con enfermedad grave por Covid-19 en comparación con la población general, probablemente porque “el exceso de grasa corporal puede tener numerosos impactos negativos en la salud que podrían explicar este mayor riesgo, incluida la inflamación crónica y la inmunidad deteriorada y enfermedad cardiopulmonar subyacente”, advierten los expertos.
Por su parte, el asma fue la afección diagnosticada con mayor frecuencia, asociada significativamente al riesgo de hospitalización. “No encontramos que el asma estuviera asociado con un mayor riesgo de enfermedad por Covid-19 entre los niños hospitalizados, excepto entre los de 12 a 18 años, pero un análisis anterior de 454 pacientes menores de 21 años en el Children’s Hospital Colorado confirmó que el asma es un factor de riesgo de hospitalización y asistencia respiratoria, pero no de cuidados críticos. La evidencia actual que sugiere que el asma es un factor de riesgo de enfermedad grave por Covid-19 entre adultos es mixta. Por lo tanto, el papel del asma en la gravedad de la infección tanto para niños como para adultos sigue sin estar claro”, reconocen los investigadores.
Según los datos arrojados por este nuevo estudio, los niños con epilepsia tenían un mayor riesgo de hospitalización y enfermedad grave por Covid-19 cuando estaban hospitalizados. La evidencia sobre epilepsia o convulsiones y Covid-19 ha sido escasa, aunque un estudio reciente encontró un mayor riesgo de muerte entre los pacientes con epilepsia y Covid-19, tal y como recuerda el artículo publicado en “Jama Network Open”.
Estas nuevas evidencias son válidas tanto para niños como para adolescentes, ya que, tal y como aseguran los investigadores, “más de la mitad de nuestra muestra estaba formada por adolescentes (de 12 a 18 años), por lo que nuestros resultados reflejan más ese grupo de edad. Los análisis estratificados por edad mostraron que ciertas afecciones (asma, trastornos del neurodesarrollo) eran más frecuentes entre los pacientes de dos años o más, mientras que la prematuridad y las anomalías congénitas cardíacas y circulatorias eran las más frecuentes y se asociaban con el mayor riesgo de enfermedad por Covid-19 entre los pacientes menores de dos años”.
Así, este nuevo análisis transversal confirma que los niños con diabetes tipo 1, anomalías congénitas cardíacas y circulatorias, obesidad, hipertensión esencial, epilepsia, trastornos neuropsiquiátricos y asma, así como los niños con enfermedades crónicas, tenían un mayor riesgo de hospitalización o Covid-19 grave. Por su parte, los niños de un año o menos o prematuros tenían un mayor riesgo de enfermedad grave por Covid-19. “Los esfuerzos de prevención de salud pública y priorización de vacunas podrían considerar el potencial de enfermedad grave por Covid-19 entre los niños con estas afecciones médicas subyacentes y enfermedades crónicas”, argumentan los autores, quienes insisten en que “los profesionales de la salud deben considerar la necesidad de un manejo clínico cauteloso de los menores con estas afecciones y Covid-19, aunque una mayor investigación epidemiológica podría proporcionar información sobre las causas que subyacen a nuestros hallazgos e identificar otros factores que colocan a los niños en un mayor riesgo de enfermedad grave por Covid-19″.
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