Descubrimiento
Dan con un gen clave para crear células auditivas perdidas por el envejecimiento
Un equipo de investigadores descubre el interruptor genético que programa las células ciliadas del oído. Cuando se expresa el gen, la célula se convierte en interna, y cuando se bloquea, en externa
El envejecimiento, el ruido, ciertos fármacos contra el cáncer y algunos antibióticos puedes causar pérdida de audición. Un deterioro irreversible porque hasta la fecha los científicos no han podido reprogramar las células existentes para que se conviertan en las células sensoriales del oído externo e interno, esenciales para la audición, una vez que mueren.
Ahora, esa posibilidad está más cerca después de que un equipo de investigadores de Northwestern Medicine, en EE UU, haya desarrollado una nueva herramienta que permite crear células auditivas perdidas por el envejecimiento a partir del descubrimiento de un gen, lo que permite producir células ciliadas del oído interno o externo, según un estudio publicado en “Nature”.
En concreto, el gen programa las células ciliadas del oído para que se conviertan en externas o internas, todo un descubrimiento y que permite superar un notable obstáculo que había impedido el desarrollo de estas células para recuperar la audición.
“Nuestro hallazgo proporciona el primer cambio celular claro para fabricar un tipo -de célula ciliada- frente al otro. Hemos superado un obstáculo importante”, afirma en el comunicado el autor principal del estudio, Jaime García-Añoveros, profesor de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.
Actualmente, los científicos pueden producir una célula ciliada artificial, pero no se diferencia en una célula interna o externa, lo que proporciona diferentes funciones esenciales para producir la audición. Este descubrimiento es un paso importante hacia el desarrollo de estas células específicas.
La muerte de las células ciliadas externas suele ser la causa de la sordera y de la pérdida de audición. Las células se desarrollan en el embrión y no se reproducen. Las células ciliadas externas se expanden y contraen en respuesta a la presión de las ondas sonoras y amplifican el sonido para las células ciliadas internas. Las células internas transmiten esas vibraciones a las neuronas para crear los sonidos que escuchamos.
“Es como un ballet”, dice García-Anoveros con asombro mientras describe el movimiento coordinado de las células internas y externas. “Los externos se agachan y saltan y levantan los internos más adentro del oído”, explica.
“El oído es un órgano hermoso. No hay otro órgano en un mamífero donde las células estén colocadas con tanta precisión. (Quiero decir, con precisión micrométrica). De lo contrario, no se produce la audición”, añade.
Los científicos de Northwestern descubrieron que el interruptor genético maestro que programa las células ciliadas del oído es TBX2.Cuando se expresa el gen, la célula se convierte en una célula ciliada interna. Cuando el gen se bloquea, la célula se convierte en una célula ciliada externa.
La capacidad de producir una de estas células requerirá un cóctel de genes, afirma García-Anoveros. Los genes ATOH1 y GF1 son necesarios para producir una célula ciliada coclear a partir de una célula no ciliada. Luego, el TBX2 se encendería o apagaría para producir la celda interna o externa necesaria.
El objetivo sería reprogramar las células de soporte, que están enrejadas entre las células ciliadas y proporcionarles soporte estructural, en células ciliadas internas o externas.
“Ahora podemos descubrir cómo hacer células ciliadas específicamente internas o externas e identificar por qué estas últimas son más propensas a morir y causar sordera”, incide García-Anoveros, que recuerda que esta investigación aún se encuentra en etapa experimental.
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