Alimentación saludable
¿No puedes beber leche? Estos alimentos también tienen calcio... y no son lácteos
Algunos grupos poblacionales, como los intolerantes a la lactosa o los veganos, pueden sobrevivir perfectamente sin tener que consumir lácteos. Ahora bien, deben asegurarse el aporte diario de calcio mediante otros alimentos
Los productores de leche, yogures, quesos y otros productos lácteos han hecho un trabajo estupendo a la hora de asegurarse de que todos sepamos que sus productos contienen calcio. Sin embargo, también hay otros muchos que contienen una buena proporción calcio… y que no son lácteos. De hecho, los lácteos no son la fuente principal de calcio en nuestra dieta.
¿Por qué es tan importante?
El calcio es esencial para el mantenimiento de los huesos, para las contracciones musculares y para controlar la coagulación sanguínea. Nuestro organismo no produce calcio por sí mismo, sino que lo obtiene únicamente a través de los alimentos o de los suplementos que consume. En torno al 98% del calcio que ingerimos se almacena en nuestro esqueleto.
Y el cuerpo lo utiliza como reservorio para la constante remodelación de nuestros huesos. Es un proceso que se da de forma constante a lo largo de nuestra vida. Nuestro organismo reabsorbe el calcio de nuestros huesos y lo deposita en tejido óseo nuevo.
De acuerdo con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria o EFSA, la ingesta diaria de calcio recomendada es de mil miligramos en el caso de los jóvenes entre 18 y 24 años y de 950 para los adultos de 25 años en adelante. Y si no llegamos a este consumo diario (o si nuestro cuerpo tiene dificultades para asimilarlo) nuestros huesos y nuestros dientes se pueden debilitar y puede derivar -incluso- en la aparición de algunas enfermedades, como la osteoporosis.
Por eso es tan importante conocer que hay otros productos, que no son lácteos, y que pueden aportarnos la cantidad necesaria de calcio para que nuestro cuerpo siga funcionando a la perfección.
Fuentes alternativas de calcio
Consumir productos lácteos no es esencial para nuestra vida. El mejor ejemplo de esto lo podemos encontrar en Asia Oriental, en países como China o Japón, que son culturas donde no se consume leche (o derivados de la misma)… y no tienen los huesos más débiles que el resto del mundo y no sufren ninguna consecuencia perniciosa para su salud por este motivo. De la misma forma, otros grupos poblacionales -como los alérgicos a la caseína, los intolerantes a la lactosa y los veganos- también pueden sobrevivir sin tener que consumir lácteos.
Ahora bien, todos ellos deben asegurarse el aporte diario suficiente mediante otros alimentos, como las semillas de sésamo, los mariscos, los frutos secos (principalmente las almendras y las avellanas), las algas o las verduras de hoja verde, como las acelgas, las espinacas o los berros.
También debemos tener en cuenta que las legumbres son alimentos ricos en calcio, pero dentro de este grupo, hay uno que destaca por encima del resto: la soja. De hecho, las bebidas de soja son el sustitutivo perfecto para la leche de vaca, porque contienen casi la misma cantidad de calcio.
Otro alimento que también debemos incluir en nuestra dieta -sí o sí- son los pescados azules, como los boquerones, las anchoas o las sardinas. Estos pescados no solo son una estupenda fuente de calcio, sino que también son ricos en Vitamina D, que facilita la absorción y la fijación del mismo.
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