Reproducción asistida
Factores que pueden elevar la tasa de éxito de la implantación embrionaria en reproducción asistida
La implantación embrionaria es un proceso fundamental y decisivo para que se dé lugar a una gestación
No hay ninguna duda de lo crucial que es el momento de la implantación embrionaria para cualquier tratamiento de reproducción asistida, y es que este es un paso común para todas las pacientes, ya sean aquellas que están intentando ser madres con óvulos propios, ovodonación o embriodonación. Por la importancia del asunto, ya que continúa aumentando en España el número de personas que recurren a la medicina reproductiva, hemos querido informarnos a qué son debidos los fallos de implantación embrionaria, y sobre todo, si existen factores que puedan elevar la tasa de éxito de este proceso; para ello, hemos preguntado a los directores de una reputada clínica con más de 30 años de experiencia, Clínica MARGen, los doctores Jan Tesarik y Raquel Mendoza Tesarik (estos dos reconocidos profesionales consideran que informar sobre la medicina reproductiva es parte de su trabajo, por lo que los consultamos con frecuencia para lo relativo a la reproducción asistida).
¿Qué es exactamente la implantación del embrión, cuándo se produce y cuánto tiempo dura?
La implantación solo se puede producir cuando el embrión se libera de su capa protectora (zona pelúcida), lo que ocurre normalmente unos siete días después de la fecundación. Empieza por una aposición, seguida por una adhesión, e invasión. Cada uno de estos pasos necesita una interacción estrecha (un “diálogo”) entre las moléculas producidas por el embrión y las provenientes del útero materno. Si esta interacción está perturbada, la implantación falla.
¿Cuándo se habla de fallo de implantación?
Normalmente, aproximadamente el 60% de las transferencias de embriones resulta en un fallo de implantación, por lo cual es importante intentar crear más embriones para congelar y transferir más tarde. Se suele hablar de un fallo repetido de implantación cuando no ocurre el embarazo después de por lo menos tres intentos de transferencia de embriones de aparentemente buena calidad.
¿Cuáles son las causas más comunes de los fallos de implantación?
Podría decirse que la mayoría de los fallos de implantación están asociados a la calidad de los embriones por no ser óptima (sobre todo debido a una calidad comprometida de los ovocitos relacionada a una edad avanzada de la madre, aunque también puede ser por daños del ADN espermático), más que a factores uterinos. Por otro lado, causas sistemáticas (endocrinas, inmunológicas u otras) pueden jugar un papel nefasto, pero la mayoría de ellas se detectan y corrigen durante un análisis previo rutinario, antes de realizar un intento de la fecundación in vitro.
¿Existen factores que puedan elevar la tasa de éxito de la implantación embrionaria en reproducción asistida?
La tasa de éxito se puede optimizar mediante un examen minucioso del aparato reproductor femenino (los ovarios y el útero, así como las hormonas que regulan su funcionamiento), incluyendo la detección de anomalías uterinas (miomas, pólipos u anomalías innatas) y su corrección si es oportuno. Estas evaluaciones se tienen que complementar por exámenes de carácter general (diabetes, hipertiroidismo o hipotiroidismo, problemas de coagulación sanguínea, etc.). La clasificación de los gametos más sanos es otro desafío, aunque se puede realizar utilizando los métodos publicados por un grupo científico que dirigí hace ya algunos años. Pero incluso en casos de problemas, nuestro grupo publicó recientemente métodos para mitigar sus consecuencias.
Por otro lado, la calidad de los ovocitos (tan decisiva para obtener buenos embriones) y la receptividad uterina se pueden mejorar modificando los protocolos de estimulación ovárica y endometrial. Por ejemplo, en mujeres con insuficiencia de la secreción de la hormona de crecimiento, la administración de esta hormona mejora tanto la calidad de ovocitos como del útero. Seguimos con la técnica de eclosión asistida, que, con la ayuda de un láser, facilita la implantación en casos en los cuales los embriones tardan en liberarse de su zona pelúcida espontáneamente. Y en este punto debemos de hacer un inciso, y es que, según nuestra experiencia, la inyección de las plaquetas sanguíneas aisladas de la misma paciente puede también facilitar la implantación. Por último, existen métodos de biología molecular que pueden determinar el periodo de la receptividad uterina con más precisión.
Su clínica es reconocida mundialmente por sus logros y por ser pionera en muchos técnicas de reproducción asistida, ¿qué trabajos científicos han realizado relacionados con la implantación embrionaria?
Aparte de los tratamientos que limitan lo daños del ADN espermático y rejuvenecen a los ovocitos, también hemos realizado trabajos que mejoran la función uterina en diferentes condiciones. De hecho, recientemente hemos sugerido que la existencia de diferencias interindividuales necesitará el abandono de tratamientos estándar y sustituirlos con tratamientos hechos a la medida de cada pareja, utilizando toda la información disponible. Esta es la vía hacia la “medicina molecular”, que ya se está aplicando en los tratamientos de cáncer.
Como conclusión, ambos doctores coinciden en que cada caso es único, y que es imprescindible adaptar la tecnología y los protocolos de los tratamientos a cada paciente de forma personalizada para lograr la mayor probabilidad de embarazo. Lo cierto es que implantar un embrión en el útero materno es algo muy complejo, por lo que, tal y como han aclarado los directores de Clínica MARGen, el doctor Jan Tesarik y la doctora Raquel Mendoza Tesarik, la tecnología, los conocimientos y la experiencia de los médicos son claves para conseguir el mayor porcentaje de éxito posible.
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