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Salud

El 64% de los padres en España desconoce que existen lentes para frenar la miopía infantil

Un estudio de EssilorLuxottica alerta sobre la falta de información y el retraso en el diagnóstico de la miopía en niños, que podría afectar a la mitad de la población mundial en 2050

Salen a la venta las gafas que prometen curar la miopía La RazónLa Razón

La miopía infantil avanza a un ritmo preocupante en España, mientras la mayoría de las familias aún desconoce las opciones que existen para prevenir su progresión. Según una encuesta de Ipsos encargada por EssilorLuxottica, el 64% de los padres españoles ignora que existen lentes de control de miopía. Así lo confirma el panel de especialistas en oftalmología, optometría y pediatría que han debatido esta mañana sobre los datos que se desligan del trabajo, que recoge las respuestas de 1.000 padres españoles con hijos de edades entre los 5 y 17 años.

Los resultados confirman una tendencia al alza que inquieta a los expertos. "No solo es que la miopía infantil está aumentando, es que cada vez detectamos en consulta más casos en edades más tempranas y con una progresión más rápida que en décadas anteriores", explica María Alarcón Tomás, oftalmóloga en Clínica Baviera Madrid y el Hospital Puerta de Hierro.

De mantenerse esta evolución, se estima que para 2050 la miopía afectará a la mitad de la población mundial, y que 1.000 millones de personas padecerán alta miopía o miopía magna. Esta forma grave, que puede derivar en complicaciones visuales severas e incluso ceguera, se da cuando se igualan o superan las 6 dioptrías.

Retrasos en el diagnóstico

El estudio revela que la edad media del primer diagnóstico supera los 7 años. En contraste, los expertos consultados alertan de que cada vez reciben más casos de niños con miopía entre los 5 y 6 años de edad. En el sector recomiendan realizar la primera revisión visual a los 4 años, ya que hay incluso casos en niños de 2 años.

Además, el 94% de los padres encuestados cree erróneamente que las gafas o lentillas convencionales frenan la miopía, cuando en realidad solo corrigen la visión.

"Es evidente que muchos padres, incluso aquellos cuyos hijos son miopes, carecen de información precisa sobre la miopía. Preocupa que muchos piensan que basta con poner unas gafas, sin saber que la miopía puede seguir avanzando incluso con lentes correctoras convencionales", advierte Víctor G. Molina, optometrista y profesor en la Universidad de Alcalá de Henares.

El especialista apunta que esta falta de información contribuye a que la condición se detecte tarde y avance sin control. De hecho, el trabajo de Ipsos asegura que casi la mitad de las familias ignora que la miopía puede avanzar más rápido cuanto antes se inicia.

Lentes de control de miopía, una solución innovadora

Ante este panorama, el uso de soluciones como las lentes de control de miopía Essilor Stellest se perfilan como una herramienta clave. Estas lentes, fruto de la innovación tecnológica, han demostrado retrasar la progresión de la miopía en un 67% de media durante cinco años, en comparación con lentes monofocales, cuando se usan 12 horas al día.

"Son una opción sencilla, segura y efectiva, que puede marcar la diferencia si se combinan con la adopción de buenos hábitos visuales y revisiones clínicas individualizadas y periódicas", explica Susana Lobato, óptico-optometrista de EssilorLuxottica. "A la larga —añade—, esto puede reducir el riesgo de alta miopía y sus complicaciones en la edad adulta".

El consenso profesional señala que combinar tratamientos (lentes de control de miopía, atropina, orto-K) es la estrategia más eficaz. De hecho, las gafas de control de miopía son la opción preferida por el 52% de los padres españoles, debido a su sencillez, seguridad y efectividad del tratamiento.

Factores de riesgo y síntomas de la miopía en niños

Según datos de la encuesta, el 38% de los padres españoles tienen al menos un hijo con miopía. No obstante, 6 de cada 10 padres reconocen no estar bien informados sobre la miopía infantil y sus riesgos. Al final, la mayoría solo acuden al especialista cuando aparecen síntomas evidentes: dificultad para ver de lejos, acercarse mucho a pantallas o libros y entrecerrar los ojos para enfocar.

Entre los principales factores de riesgo, los expertos citan la predisposición genética, el exceso de tiempo frente a pantallas, la escasa exposición a la luz natural y los hábitos de lectura a corta distancia.

"Este fenómeno generalizado, que inicialmente se observaba sólo en entornos urbanos y ahora se detecta también en áreas menos densamente pobladas, se relaciona con la combinación de factores genéticos, conductuales y ambientales, sin desdeñar el impacto de la exposición creciente a pantallas a muy cortas distancias desde edades muy tempranas y la escasa exposición a la luz natural", enfatiza Molina.

La combinación de factores ambientales y conductuales está generando "ambientes miope-genéticos", como lo denominan los expertos del panel. Por eso inciden en la necesidad de dar una respuesta coordinada entre pediatras, AMPAs y centros escolares. Revisar la vista de los niños antes de los cuatro años, limitar el tiempo frente a pantallas, fomentar el juego al aire libre y acudir regularmente al especialista son pasos clave para proteger la salud visual de las nuevas generaciones.