Salud
Adiós al dolor de espalda: descubren un nuevo tratamiento que "da esperanza a millones de personas"
Científicos australianos prueban con éxito los beneficios de esta solución para el desgaste de los discos lumbares
El matemático jubilado Volker Rehbocks, padre de dos hijos, llevaba padeciendo dolor de espalda crónico al menos 18 meses. Su médico de cabecera le dijo que sus días de jardinero habían terminado, que evitara agacharse y levantar peso, le dio antiinflamatorios y le aconsejó que descansara la espalda. El dolor constante y el impacto en su vida diaria le provocaban ansiedad y depresión. El Sr. Rehbocks se presentó a un estudio experimental en busca de ayuda, y la diferencia le ha cambiado la vida. Sólo tardó entre seis y ocho meses en recuperarse. De súbito, podría sentarse cómodamente, atarse los cordones de los zapatos, agacharse, trabajar en el jardín, limpiar, trabajar en casa y en el coche. En la actualidad, rara vez se desplaza en coche, sino que prefiere recorrer grandes distancias en bicicleta sin sentir dolor. "Mi dolor ha desaparecido", afirma para MedicalXpress.
El dolor de espalda se ha convertido ya en un problema crónico en España. De hecho, es uno de los principales motivos de baja laboral en nuestro país. Afecta a nada menos que a 8 de cada 10 ciudadanos, según las cifras que maneja la Sociedad Española de Reumatología (SER). En la mayoría de los casos, las molestias se acentúan con el paso de los años y pueden tener un impacto muy significativo en la calidad de vida de las personas. Afortunadamente, la investigación avanza y encuentra soluciones cada vez más efectivas para abordarlas.
En esta línea, un grupo de científicos de la Universidad Curtin-Macquarie-Monash (Australia) ha descubierto un nuevo tratamiento gracias al cual los pacientes con dolor de espalda crónico de larga duración experimentaron reducciones drásticas del dolor y de la discapacidad relacionada. Pacientes como el matemático jubilado Voler Rehbocks.
El estudio, que se publica hoy en la revista The Lancet, se constataron grandes mejoras clínicamente significativas en la intensidad del dolor y la discapacidad relacionada con éste el dolor entre casi 500 personas que habían estado buscando ayuda para su dolor durante una media de cuatro años antes de probar el nuevo tratamiento. Este adoptó un enfoque integral al ayudar a los pacientes a introducir cambios en su estilo de vida para mejorar su salud social y emocional.
El autor principal, el profesor asociado Peter Kent, de la Curtin School of Allied Health, afirmó que los resultados aportaban pruebas convincentes de que el nuevo tratamiento tenía un impacto amplio y duradero a un nivel "clínicamente importante". Y afirmó: "El dolor lumbar es la principal causa de discapacidad en todo el mundo y contribuye a la pérdida de productividad laboral y a la jubilación anticipada en todo el mundo".
"Estos resultados tan alentadores dan esperanzas a los millones de personas de todo el mundo que sufren dolor de espalda. También proporcionan una hoja de ruta clara para los médicos, los servicios de salud y los responsables políticos sobre cómo reducir la creciente carga de dolor de espalda crónico con un enfoque de alto valor y bajo riesgo basado en las mejores pruebas científicas".
El tratamiento, denominado Terapia Cognitivo-Funcional (TFC), ofrecía sesiones de coaching personalizadas e intensivas que ayudaban a las personas a dar sentido a su dolor, se centraban en reentrenarlas para moverse de forma que redujeran su dolor y les infundían confianza en movimientos y actividades que habían temido o estaban evitando. Se llevó a cabo en 20 clínicas de Perth y Sydney por 18 fisioterapeutas formados específicamente para aplicar la TFC.
Los participantes con dolor de espalda crónico —entre ellos muchos con un alto grado de discapacidad— probaron el programa en un máximo de siete sesiones a lo largo de un periodo de 12 semanas, seguidas de una sesión de refuerzo a las 12 semanas. Más del 80% de los participantes quedaron satisfechos con el tratamiento.
El coautor, el profesor Peter O'Sullivan, también de la Curtin School of Allied Health, que desarrolló el nuevo tratamiento, afirmó que éste situaba al paciente en el centro de la atención. "Este nuevo tratamiento tiene en cuenta las características individuales de la persona que padece dolor de espalda crónico, abordando sus preocupaciones y limitaciones de movimiento bajo la dirección experta de un fisioterapeuta capacitado", dijo el profesor O'Sullivan.
A diferencia de los enfoques tradicionales, más pasivos, como los masajes, la manipulación de la columna vertebral, la medicación y las inyecciones, la fisioterapia pone a la persona al mando de su dolencia, ayudándola a comprender los factores que contribuyen a su dolor y a recuperar el control y la confianza en su cuerpo para volver a realizar las actividades que valora". Fue especialmente raro y emocionante descubrir que la reducción significativa del dolor y la angustia que experimentaban estas personas con dolor de espalda crónico se había mantenido hasta un año después de probar este nuevo tratamiento".
El coautor, el profesor Terry Haines, de la Universidad de Monash, que investigó la eficiencia económica, afirmó que los resultados suponían un importante ahorro en atención sanitaria y productividad laboral. "Los principales resultados de eficiencia económica mostraron que los participantes que tomaron parte en el tratamiento CFT ahorraron más de 5.000 dólares por persona", dijo el profesor Haines. "Esto tiene el potencial de suponer un ahorro significativo para la economía mundial, porque sabemos la carga que el dolor lumbar está contribuyendo a la pérdida de productividad laboral y a la jubilación anticipada en todo el mundo".
El coautor, el profesor Mark Hancock, de la Universidad Macquarie, dijo que los fisioterapeutas que llevaron a cabo el nuevo tratamiento en Perth y Sydney tenían experiencia en el tratamiento de personas con lumbalgia persistente y recibieron formación especializada durante cinco meses para prestar los cuidados establecidos en el nuevo tratamiento.
"Un aprendizaje importante de nuestro estudio fue que los fisioterapeutas necesitaron bastante formación para desarrollar las habilidades y la confianza necesarias para ser competentes en la aplicación de la intervención a un alto nivel, a pesar de que muchos ya tenían experiencia", señaló Hancock. "La formación incluía prácticas con pacientes reales y recibir comentarios de los formadores".
Un equipo internacional de expertos en dolor de espalda, dirigido por investigadores de las universidades de Curtin y Macquarie, en colaboración con investigadores de la Universidad de Monash, la Universidad de Limerick, el Imperial College de Londres, la Universidad del Sur de Dinamarca y la Universidad de Australia Occidental, llevó a cabo la investigación.
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