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Alimentación

Dieta o ayuno intermitente: ¿cuál es mejor para adelgazar? ¿Y para el colesterol?

Un estudio publicado en Nature Medicine pone a prueba las dietas más populares para adelgazar o reducir la glucosa en sangre

Un nuevo estudio enfrenta los beneficios de tres populares dietas Freepik

El ayuno intermitente ha ido ganando adeptos y se ha convertido en la alternativa de moda para lograr perder peso frente a las dietas bajas en calorías. Una explicación a este fenómeno tiene que ver con la ciencia. Y es que, ya son varias las investigaciones que relacionan la restricción periódica de alimentos con la reducción del riesgo de patologías asociadas a la edad, incluyendo enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y demencia. En este sentido, un nuevo estudio ha decidido poner las dos alternativas a prueba y enfrentar los beneficios del ayuno intermitente y de las dietas bajas en calorías.

La investigación, publicada en la prestigiosa revista Nature Medicine, estudia cómo afecta la alimentación con tiempo restringido y las dietas con restricción calórica en personas propensas a desarrollar diabetes de tipo 2. El objetivo era constatar cuál de las dos opciones alimenticias producía mejoras para el colesterol, en los niveles de azúcar en sangre o en el peso corporal.

Cómo afecta el ayuno intermitente a los niveles de glucosa

Para el estudio, los investigadores del Centro de Investigación Médica de la Universidad de Adelaida, en Australia, reclutaron a 209 adultos con una edad media de 58 años y un IMC medio de 34,8 lo que se considera obesidad. A continuación, los dividieron en tres grupos de forma aleatoria que siguieron tres dietas distintas:

  • Ayuno intermitente (AI) con restricción horaria: basada en cubrir el 30% de las necesidades energéticas entre las 8 de la mañana y el mediodía, seguido de un periodo de ayuno de 20 horas durante tres días no consecutivos a la semana y alimentación sin restricciones los demás días.
  • Restricción calórica (RC): cubriendo el 70% de las necesidades energéticas diarias sin horarios fijos para comer.
  • Atención estándar (AE): se les aportó a los participantes un folleto para perder peso a través de la alimentación.

Los sujetos siguieron las dietas asignadas durante un año. Los investigadores evaluaron sus niveles de azúcar en sangre en ayunas a los dos y seis meses de las intervenciones dietéticas, así como 12 meses después.

Tras la intervención de seis meses, el equipo descubrió que los niveles de glucosa descendieron en 10,1 mg.dl-1 en el grupo de Ayuno intermitente con restricción horaria, 3,57 mg.dl-1 en el de Restricción calórica y 4,15 mg.dl-1 en el de Atención estándar. Un año después de esas mediciones, los que seguían la dieta AI seguían teniendo niveles medios de azúcar en sangre más bajos que los de los otros grupos: -4,71 mg.dl-1 frente a -3,79 mg.dl-1 y -3,57 mg.dl-1.

Los investigadores descubrieron además que los que seguían la dieta de Ayuno intermitente eran más sensibles a la insulina, aunque esto no era estadísticamente significativo, y experimentaban mayores descensos del colesterol que los de los grupos CR y AE. Además, los participantes de los grupos de restricción horaria y restricción calórica perdieron inicialmente más peso que los del grupo AE, pero en el mes 18 no había diferencias entre los grupos.

Sin embargo, al año de seguimiento, el número de personas que continuaron con la dieta baja en calorías fue mayor que con el Ayuno intermitente: El 78% de los del grupo de RC continuaron con la dieta, mientras que sólo el 42% de los del grupo de AI continuaron con la dieta durante 2-3 días a la semana.

Los investigadores observaron que, durante el periodo de seguimiento, el 45% de los pacientes de los grupos de Ayuno intermitente y Restricción calórica declararon al menos un acontecimiento adverso, como fatiga, estreñimiento y dolor de cabeza, frente al 19% de los del grupo de SC.

Aunque los autores no discutieron cómo el ayuno intermitente restringido en el tiempo puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2, señalaron que comer más temprano en el día está vinculado a beneficios para la salud, como un mejor control de la glucosa en 24 horas y la sensibilidad a la insulina.

Estos hallazgos se suman al creciente cuerpo de evidencia de que el estilo de vida —incluyendo una dieta saludable y ejercicio— es la mejor medicina para la prevención y el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2.

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