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Ducharse sólo una vez por semana: ¿Qué le pasa a tu piel?

Cada vez más voces -desde estrellas de cine hasta dermatólogos- cuestionan la obsesión moderna por la higiene diaria. ¿Y si ducharse menos fuera, en realidad, mejor?

Ducharse sólo una vez por semana: ¿Qué le pasa a tu piel?
Ducharse sólo una vez por semana: ¿Qué le pasa a tu piel?Unsplash

Durante décadas, ducharse todos los días ha sido una norma social prácticamente incuestionable. Pero ahora, con la crisis energética, las preocupaciones medioambientales y una nueva forma de entender la salud de la piel, esa costumbre empieza a ponerse en duda.

Lo que parecía impensable hace algunos años -usar menos jabón, evitar la ducha diaria o sustituirla por un simple paño húmedo- es hoy parte de un debate global.

El fenómeno del non-bathing: de Hollywood al salón de tu casa

La tendencia llamada non-bathing (no bañarse) o cleansing reduction (reducción de limpieza) ganó notoriedad en 2021 cuando varias estrellas de Hollywood comenzaron a hablar abiertamente del tema.

Kristen Bell, Julia Roberts, Charlize Theron, Brad Pitt o Jake Gyllenhaal han confesado ducharse solo una vez por semana, por razones que van desde el cuidado del planeta hasta el bienestar personal. Mila Kunis y Ashton Kutcher detallaron incluso que solo limpian zonas específicas como axilas, pies o genitales. "Ducharse está sobrevalorado", dijo Kunis en un podcast.

En el otro extremo está Dwayne Johnson, quien se define como amante del agua: se ducha tres veces al día y no está dispuesto a ceder.

¿Higiene o exceso? Lo que dice la ciencia de la piel

¿Higiene o exceso? Lo que dice la ciencia de la piel
¿Higiene o exceso? Lo que dice la ciencia de la pielUnsplash

Detrás de esta discusión hay algo más profundo que una moda. El periodista y médico James Hamblin, autor de Clean: The New Science of Skin, sostiene que la industria del cuidado personal ha distorsionado por completo nuestra relación con la higiene. "Lo que empezó como una mejora para la salud pública, se nos fue de las manos", afirma.

Hamblin sugiere que lavarse demasiado puede alterar la flora cutánea, eliminar los aceites naturales que nos protegen y generar un ciclo en el que la piel necesita productos para compensar lo que hemos perdido. Su propuesta: volver a lo básico. Lavar lo necesario y dejar que el cuerpo regule su equilibrio natural.

Ducharse menos… ¿y oler peor?

Uno de los principales temores de abandonar la ducha diaria es el olor corporal. Hamblin lo reconoce: al principio puede aumentar. Pero con el tiempo, el cuerpo se adapta. "Después de unas semanas, la piel y el pelo encuentran un nuevo equilibrio", asegura.

La dermatóloga Marion Moers-Carpi, con consulta en Múnich, coincide: "Nos duchamos con demasiada frecuencia, demasiada agua caliente y durante demasiado tiempo". Esto, explica, es especialmente dañino para quienes ya tienen problemas como piel seca o dermatitis. "Estamos eliminando las grasas que la piel produce de forma natural para protegerse. Y luego intentamos compensarlo con cremas", añade.

Ella misma se ducha solo dos veces por semana y usa poca cantidad de jabón. Incluso defiende el uso de jabón neutro tradicional, como el de Marsella o el de pastilla, frente a las fórmulas industriales llenas de perfumes.

La industria del jabón y la imagen de la limpieza

La industria del jabón y la imagen de la limpieza
La industria del jabón y la imagen de la limpiezaUnsplash

Cada año se gastan más de 15.000 millones de euros en productos de higiene en Alemania. ¿Realmente los necesitamos todos? Según Hamblin, no. La publicidad ha creado un estándar irreal de lo que significa estar "limpio", promoviendo imágenes de personas enjabonadas de pies a cabeza como si fueran coches en una máquina de lavado.

"El marketing ha convertido la higiene en consumo, y eso tiene consecuencias tanto para la salud como para el medioambiente", sostiene. Además, recuerda que muchos de estos productos cruzan medio mundo antes de llegar al supermercado y vienen envueltos en plásticos que agravan la crisis climática.

Una reflexión (y una pregunta) para cerrar

Moers-Carpi invita a mirar atrás con una frase sencilla: "Pregúntale a tus abuelos cuántas veces se bañaban. Lo habitual era una vez a la semana… y no olían mal." Quizás el lujo moderno no esté en oler a gel de ducha tropical, sino en dejar que la piel respire. Reducir el baño diario no es sinónimo de descuidarse, sino una forma de reconciliarse con el cuerpo, el entorno… y el equilibrio natural.