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¿Con qué frecuencia hay que ducharse? El consejo de un médico pone fin a los mitos
Bañarse a diario podría no ser tan necesario como crees, un especialista en salud pública explica cómo cuidar la piel sin dañarla
Ducharse todos los días es una norma social incuestionable en muchas culturas, pero un experto en medicina preventiva y salud pública pone en duda su verdadera necesidad. Este especialista, quien ha estudiado a fondo el impacto de la limpieza excesiva en el cuerpo humano, asegura que podría haber más desventajas que beneficios en la sobrehigiene.
El debate sobre la frecuencia ideal del baño no es nuevo, pero ha cobrado relevancia con las investigaciones modernas sobre el microbioma cutáneo. Este ecosistema de microorganismos que habita en nuestra piel desempeña un papel crucial en la protección contra agentes patógenos y en el equilibrio de la barrera cutánea. Algunos especialistas han advertido que eliminar constantemente estos microorganismos con jabones agresivos podría tener efectos contraproducentes.
Higiene no es lo mismo que limpieza
James Hamblin, médico especializado en medicina preventiva y profesor en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale, quien además de su trabajo clínico ha dedicado su carrera a la divulgación científica, distingue entre higiene y limpieza. Explica que la higiene es un conjunto de prácticas destinadas a prevenir enfermedades, como lavarse las manos después de ir al baño o antes de manipular alimentos. La limpieza, en cambio, es una cuestión personal y cultural, asociada a la sensación de frescura y bienestar.
Según el especialista, es posible mantener una higiene adecuada sin necesidad de ducharse a diario. Destaca que salvo en contextos específicos, como el de los trabajadores sanitarios o quienes manipulan alimentos, bañarse varias veces al día no tiene un impacto significativo en la salud y, de hecho, podría debilitar la barrera natural de la piel, favoreciendo la sequedad y problemas dermatológicos.
El poder del marketing en nuestra percepción de la limpieza
El mercado de productos de higiene personal mueve miles de millones de dólares al año, y la publicidad ha influenciado enormemente la percepción de lo que se considera una higiene adecuada. Muchas marcas han promovido la idea de que un mayor uso de jabones, champúes y geles de ducha está relacionado con la salud y el bienestar.
El experto destaca que la mayoría de estos productos contienen ingredientes que no aportan beneficios reales médicos y que, en muchos casos, solo buscan mejorar la sensación y el aroma de la piel. Señala que optar por jabones suaves y espaciar las duchas puede ser una mejor estrategia para mantener la salud cutánea a largo plazo.
¿Cuánto es suficiente?
No existe una regla universal sobre cuántas veces se debe bañar una persona. Sin embargo, algunos dermatólogos recomiendan ducharse entre dos y tres veces por semana si no se ha sudado en exceso o no se ha estado en contacto con suciedad. Además, sugieren centrarse en la limpieza de zonas propensas a generar mal olor, como axilas, genitales y pies.
Por otro lado, las personas con piel seca pueden beneficiarse de una menor frecuencia de duchas y del uso de hidratantes para evitar la descamación. En contraste, aquellos con piel grasa o que realizan actividad física intensa pueden necesitar lavarse con mayor regularidad.
Menos puede ser más
La idea de que ducharse diariamente es un requisito innegociable para la salud es un mito alimentado por la publicidad y las normas sociales. La clave está en encontrar un equilibrio que permita mantener una buena higiene sin afectar el microbioma cutáneo. Más que la frecuencia del baño, lo importante es adoptar hábitos de higiene adecuados según las necesidades individuales y el tipo de piel de cada persona.
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