Alimentación
Esta es la forma correcta de desinfectar la lechuga para evitar enfermedades
Un estudio reciente realizado por la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (Estados Unidos) investigó el método más efectivo para minimizar los riesgos asociados al consumo de verduras de hoja verde
Hoy en día, es fundamental prestar especial atención a la higiene de los alimentos que consumimos crudos, ya que un descuido puede llevarnos a ingerir bacterias o sustancias tóxicas que podrían causar problemas de salud serios.
Esta precaución se vuelve aún más crucial durante el verano, cuando las altas temperaturas favorecen la proliferación de bacterias. Además, en esta temporada tendemos a disfrutar más de ensaladas y otros platos con ingredientes crudos, debido a su frescura y capacidad de hidratación.
Un estudio reciente realizado por la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (Estados Unidos) investigó el método más efectivo para minimizar los riesgos asociados al consumo de verduras de hoja verde. Los investigadores destacaron que las lechugas frecuentemente han estado vinculadas a brotes de enfermedades provocadas por la bacteria Escherichia coli. Por ello, se propusieron identificar los factores que podrían influir en la contaminación de esta bacteria en cinco tipos de verduras: lechuga romana, lechuga rizada, espinaca, col rizada y berza.
Los investigadores inocularon hojas enteras de cada una de las cinco verduras con la cepa de la bacteria E. coli O157:H7 y luego observaron los efectos de almacenarlas a temperaturas de 4 °C, 20 °C y 37 °C. Tras evaluar todas las variables, encontraron que la vulnerabilidad a la contaminación dependía de una combinación de la temperatura y las características de la superficie de las hojas, tales como su rugosidad y la presencia de una capa de cera natural.
A temperatura ambiente o superior, la E. coli se reproduce rápidamente en la lechuga. En contraste, al refrigerar la lechuga a 4 °C, se produce una reducción significativa en la cantidad de E. coli.
Los investigadores también inocularon hojas cortadas con E. coli O157:H7 para comparar el riesgo entre las hojas enteras y las cortadas. Descubrieron que el riesgo de contaminación aumenta cuando se cortan las hojas, ya que el jugo liberado contiene nutrientes que favorecen el crecimiento de la bacteria.
En contraste, las verduras con una capa cerosa muestran un efecto diferente: al cortarlas, liberan un jugo con propiedades antibacterianas que inhibe la proliferación de E. coli. De hecho, este jugo podría potencialmente usarse como un agente antimicrobiano natural para rociar los alimentos y así ofrecer una mayor protección al consumidor.
Como conclusión de la investigación, se sugieren las siguientes recomendaciones para los consumidores:
Después de adquirir una lechuga, límpiala meticulosamente y conservala en el refrigerador a 4 ºC. Si tu nevera no muestra la temperatura, utiliza un termómetro para monitorearla y ajustar el termostato a la configuración correcta.
Aunque el estudio no lo menciona, puedes tomar medidas adicionales:
- Para lavar la lechuga, sumérgela durante unos minutos en un bol con agua fría y unas cucharadas de vinagre de manzana.
- Antes de guardarla, utiliza un centrifugador para secar bien la lechuga.
- Luego, coloca las hojas entre capas de papel absorbente y guárdalas en un recipiente de vidrio con tapa dentro del refrigerador.
- Asegúrate de lavar bien tus manos antes de tocar las verduras, y también limpia todas las superficies que puedan entrar en contacto con ellas, desde la cesta de la compra hasta las superficies de trabajo en la cocina.
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