Higiene

Por qué cepillarse los dientes dos veces al día no siempre es lo mejor y otros mitos

Cepillarse los dientes es una de las rutinas más básicas de higiene, pero también una de las más malinterpretadas

Elegir bien la pasta de dientes es esencial para tener una buena salud dental y evitar enfermedades o infecciones tanto en nuestra boca como en el resto del cuerpo
Elegir bien la pasta de dientes es esencial para tener una buena salud dental y evitar enfermedades o infecciones tanto en nuestra boca como en el resto del cuerpoDreamstime

A lo largo de nuestra vida, hay frases que hemos escuchado tantas veces que se han convertido casi en dogmas. Recomendaciones que repetimos sin pensar y que ya forman parte de nuestra rutina. Una de las más arraigadas es la de cepillarse los dientes al menos dos veces al día, por la mañana y por la noche. Nos han enseñado que así eliminamos las bacterias acumuladas durante la noche y mantenemos la boca limpia antes de dormir.

Sin embargo, los expertos no están del todo de acuerdo. Algunos dentistas advierten que ciertas de estas “reglas de oro” pueden haber hecho más daño que bien a nuestra salud bucal.

Porque, aunque todos creemos saber cómo lavarnos los dientes —cepillado matutino y nocturno, un poco de agua y, si acaso, enjuague bucal—, los especialistas aseguran que incluso las personas más cuidadosas cometen errores que pueden perjudicar sus encías y su esmalte.

El doctor Praveen Sharma, de la Facultad de Odontología de la Universidad de Birmingham, recuerda que la mitad de los adultos sufrirá algún tipo de enfermedad periodontal a lo largo de su vida, y que uno de los primeros signos de alarma es el sangrado de encías. “Si tus encías sangran o se inflaman, no es normal: significa que no te estás cepillando correctamente”, señala.

Cuatro mitos sobre el cuidado de la boca

1. Mejor un buen cepillado al día que dos rápidos

Durante años hemos escuchado que la regla básica es cepillarse los dientes dos veces al día. Y aunque el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) mantiene esta recomendación, el Dr. Sharma aclara que la calidad importa más que la cantidad.

“Si puedes dedicar tiempo, hazlo dos veces al día. Pero si vas con prisa, es mejor cepillarse bien una vez que hacerlo rápido dos veces”, explica.

En ese caso, la mejor hora para hacerlo es por la noche, ya que así eliminamos las bacterias acumuladas durante el día y el flúor puede actuar durante el descanso.

También recomienda usar cepillos interdentales en lugar de hilo dental para limpiar entre los dientes de forma más sencilla y menos molesta.

A la hora de cepillar, recuerda atender las tres superficies de cada diente —externa, interna y de masticación—con movimientos suaves y circulares, sin presionar demasiado. La unión entre el diente y la encía requiere especial atención, ya que ahí comienza la enfermedad periodontal.

El Dr. Xand sugiere además practicar un cepillado consciente: sin mirar el móvil ni distraerse, concentrándose en la sensación de las cerdas para mejorar la técnica.

2. Cepíllate antes del desayuno, no después

Una costumbre muy extendida es cepillarse los dientes justo después de desayunar, pero los dentistas insisten en que lo ideal es hacerlo antes.

Los alimentos y bebidas ácidas —como el café, el zumo de naranja o el tomate— ablandan temporalmente el esmalte dental. Si te cepillas de inmediato después de comer, puedes desgastarlo.

Por eso, el Dr. Sharma aconseja lavarse los dientes antes del desayuno, o si se hace después, esperar al menos 30 minutos.

El Dr. Chris añade que una buena opción tras comer es enjuagarse con agua para eliminar el exceso de ácido y proteger los dientes antes del cepillado.

3. No te enjuagues con agua después de cepillarte

Otro error común es enjuagarse la boca con agua tras el cepillado. Aunque parezca lo más natural, hacerlo elimina el flúor concentrado de la pasta de dientes, reduciendo su efecto protector.

“Escupe el exceso de pasta, pero no te enjuagues”, recomienda el Dr. Sharma. De esta forma, una fina capa de flúor quedará sobre los dientes y seguirá actuando contra la caries.

Si sientes la necesidad de enjuagarte, usa un colutorio con flúor en lugar de agua corriente.

4. La pasta más cara no siempre es la mejor

En el supermercado hay infinidad de pastas dentales: blanqueadoras, con carbón activo, para encías sensibles o con promesas de “fortalecer el esmalte”. Sin embargo, los dentistas aseguran que el precio no garantiza mayor eficacia.

“La clave está en que contenga flúor”, afirma el Dr. Sharma. “Mientras lo tenga, no hay gran diferencia entre marcas.”

El flúor ayuda a proteger el esmalte y prevenir las caries, por lo que incluso las opciones más económicas pueden ser igual de efectivas. Solo en casos específicos -como encías sensibles o problemas de desgaste dental- conviene usar una pasta recomendada por el dentista.

Cepillarse los dientes es una de las rutinas más básicas de higiene, pero también una de las más malinterpretadas. No se trata solo de frecuencia, sino de cómo y cuándo hacerlo.

Un cepillado bien hecho, antes del desayuno y sin enjuagarse con agua, puede marcar la diferencia entre una sonrisa sana y problemas de encías o esmalte.

A veces, para cuidar mejor de nuestra boca, no hace falta hacerlo más, sino hacerlo mejor.