
Noche
¿Por qué nos despertamos cada vez más temprano a medida que envejecemos?
Que nuestros hábitos de sueño se transformen con el paso del tiempo no es casualidad

Con los años cada vez cuesta más trasnochar y en cambio, te acuestas más temprano sin darte cuenta. No es solo una cuestión de hábitos, sino de cómo cambia el organismo con la edad. La ciencia lleva tiempo estudiando este fenómeno y ofrece varias claves para entenderlo, además de algunas estrategias para retrasa un poco el sueño cuando lo necesitamos.
Por qué afecta al sueño
A medida que pasan los años, el cuerpo atraviesa transformaciones que influyen directamente en la forma en que dormimos. Especialistas de la Universidad de Michigan explican que no existe una única causa, sino un conjunto de procesos interrelacionaos que afectan tanto al cerebro como a la manera en que percibimos los estímulos del entorno.
Uno de esos procesos es la pérdida de sensibilidad del cerebro a las señales que marcan el ritmo circadiano: la luz natural, los horarios de comida o la actividad física. Con la edad, las neuronas encargadas de transmitir estas señales no funcionan tan eficiente, por lo que el organismo interpreta antes que ha llegado el momento de descansar y, a la vez, facilita que despertemos más temprano.
La vista también influye
Los cambios visuales propios del envejecimiento desempeñas otro papel importante. Alteraciones como las cataratas reducen la cantidad de luz que alcanza el cerebro, un elemento clave para regular la producción de melatonina, la hormona que induce el sueño.
En personas mayores, las cataratas -muy comunes a partir de los 80 años, según datos de los Institutos Nacionales de la Salud- producen una visión más opaca. Esto hace que entre menos luz en los ojos y que el cerebro interprete que está anocheciendo ante de lo que realmente lo hace. Como consecuencia, la melatonina se libera de manera prematura y aparece el cansancio mucho más pronto.
¿Cómo retrasar la hora de dormir?
No se trata de evitar por completo las pantallas o recurrir al café para aguantar más tiempo despiertos, sino de ajustar el entorno para enviarle al cerebro señales que prolonguen la sensación de luz diurna.
Los investigadores recomiendan exponerse a la luz intensa durante la tarde y primeras horas de la noche. Bastan entre 30 y 60 minutos antes del atardecer y un rato adicional después para "engañar" al reloj interno. Igualmente, aconsejan moderar el consumo de alcohol por la noche, ya que interfiere con la transición natural entre las fases del sueño.
Además, mantenerse activo durante el día ayuda a dormir mejor. Algo tan simple como caminar al aire libre antes de que anochezca puede contribuir a mejorar la calidad del descanso y, al mismo tiempo, permitir que la hora de acostarse se retrase un poco.
✕
Accede a tu cuenta para comentar


