
Pacientes
Claves para volver a la rutina con personas con alzhéimer
Los expertos aconsejan decir con poco tiempo que se va a volver para evitar la ansiedad anticipatoria

Para la mayoría de personas la llegada de septiembre conlleva volver de vacaciones. Un momento de transición que puede generar estrés postvacacional y que en las personas con alzhéimer tiene un impacto aún más profundo.
«Todos los cambios cuestan. Las personas con alzhéimer cuando están de vacaciones tardan unos días en adaptarse y a la vuelta les pasa lo mismo, según sea el nivel de desarrollo de la enfermedad y el perfil paciente. Hay familias que piensan que la vuelta no cuesta, porque vuelven a la normalidad, pero pueden tardar unos días. Y volver a coger rutinas como venir aquí al hospital del día puede costarles aunque recuerden que venían. Es como hacer una readaptación», detalla América Morera, responsable de la Unidad Atención Diurna de Ace Alzheimer Center Barcelona.
Esta transición puede generar confusión, ansiedad y frustración en aquellos que ya enfrentan dificultades cognitivas, ya que implica un cambio en su día a día y se han de adaptar. «Afecta sobre todo a nivel cognitivo en cuanto a saber dónde está el baño, por ejemplo. A nivel emocional depende de cada caso, pero es por ansiedad no por estrés postvacacional y causa conductas deambulatorias en casa, como que no saben que hacer», precisa la especialista.
De ahí que tanto la ida como la vuelta de vacaciones requiera especial atención. «Recomendamos que no se avancen mucho los acontecimientos –prosigue–. No hace falta decirles la semana que viene ya volvemos, es mejor acercarse más a la fecha, ya que si no se les causa angustia anticipatoria y te preguntan todo el rato cuándo nos vamos y hacen la maleta».
«Para evitar esta sobresaturación del cuidador principal e inseguridad del paciente, porque si te lo pregunta es porque tiene inseguridad y lo está pasando mal, es mejor esperar», insiste Morera.
«De modo que cuando el familiar está leve se lo puedes decir la semana previa, pero si está en estadio moderado o moderadamente grave, máxime si no se hace la maleta, se lo puedes decir el día antes o dos días antes. Y en pacientes con componente ansioso es recomendable decírselo el mismo día, y cuando te digan que por qué no le has dicho nada antes darle una excusa».
Es decir, si esa información genera más problemas que beneficios es mejor decir una excusa. «Es como cuando van al podólogo en su vida diaria, no hay que adelantárselo», añade.
En cuanto a la vuelta a la rutina en sí, puede causarles «síntomas de confusión, como no saber dónde estamos ahora, e incomodidad emocional en el sentido de no sé lo que me toca hacer, dónde ir, como si tuvieran ellos la obligación de hacer algo».
En este sentido, Morera explica que el impacto «no es tan emocional. No hay esa consciencia, es más ansiedad por el cambio de rutinas, no tener a mi cuidador principal todo el día con ellos en el caso de los que vayan al hospital de día, por ejemplo».
Además, una vez en casa es importante, como incide la especialista, «decirles que ya estamos en nuestra casa, enseñarles su baño, su habitación, recolocarles. No hay que decirles ni que han estado de vacaciones porque muchas veces ni se acuerdan. En casos leves en los que les haga felices recordar ahí sí hay que decírselo».
También es importante establecer horarios fijos si se modificaron ligeramente en verano. En el caso de los hospitales de día, «como sucede en el nuestro, los primeros días vienen menos horas para que no sea tan de golpe».
También es importante ayudar al familiar con alzhéimer a adaptarse al entorno, hacer frente al cambio de luz y humedad y temperatura. «A veces quieren salir a determinadas horas y hace un calor horrible, hay que intentar capear cada caso. Darles otra opción y si no lo comprenden intentar distraerles», aconseja Morera.
Y lo más importante, «si vemos que en unos días la persona no coge la rutina, que sufre un episodio de incontinencia o se levanta a las 3:00 de la mañana y quiere desayunar o ducharse y esto pasa dos o tres días no pasa nada. Lo vas reconduciendo como con un niño, pero si no se logra y la persona está tan confundida o tiene más alucinaciones de lo habitual o ideación delirante en gente que no la tenía hay que ver con enfermería y si no con el médico si el paciente tiene una infección de orina, infección respiratoria, deshidratación... Suele suceder por algo físico. También hay que mirar si está tomando bien la medicación», recomienda la especialista.
Regresar en coche o en avión
►Si va a regresar a su lugar de residencia habitual en coche, desde Ace Alzheimer Center Barcelona insisten en que es fundamental garantizar la seguridad del familiar con esta enfermedad neurodegenerativa (uso de cinturón y puertas bloqueadas) y planificar diferentes paradas para el descanso.
Si, por el contrario, se vuelve en avión, los especialistas recomiendan, al igual que en la ida, solicitar asistencia en el aeropuerto, acompañar a la persona con alzhéimer hasta la zona de embarque, informar a la compañía aérea de las necesidades especiales, así como utilizar distintivos de discapacidad si es necesario.
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