Salud

Crean un antídoto 'único' contra el veneno de serpiente a partir de un hombre mordido 200 veces

La sangre de un estadounidense que se inyectó deliberadamente veneno de serpiente durante casi 20 años ha dado lugar a un antiveneno "sin parangón", según un estudio publicado en Cell

serpiente | Fuente: Filip Kruchlik / Pixabay
Serpiente venenosaLa Razón

En España encontramos hasta cinco especies de serpientes venenosas. Estas provocan entre 100 y 150 ingresos en hospitales al año en nuestro país. En general, las mordeduras de serpiente no son graves porque la mitad de las veces estos animales no inoculan su veneno. Por eso, los casos potencialmente son raros. Según los estudios, en nuestro país se dan uno o dos al año como máximo. Sin embargo, en territorios de Asia, África o Australia, el índice de mortalidad es mucho más alto. Se calcula que mueren hasta 140.000 personas al año por mordedura de serpiente con veneno en el mundo. Y aproximadamente el triple sobreviven con amputaciones o discapacidades permanentes.

El principal problema a la hora de salvar a una persona que ha sido mordida por una serpiente es que los antídotos contra el veneno solo funcionan contra una especie específica de serpiente. Esto significa que habría que fabricar 600 antivenenos, uno por cada tipo de sierpe peligrosa que existe. Ante este escollo, Tim Friede decidió ponerse al servicio de la ciencia y usarse a sí mismo como conejillo de indias. Por voluntad propia, este hombre ha sido objeto de más de 200 mordeduras de serpiente y en haber recibido más de 700 inyecciones de veneno preparado por él mismo para ser pinchado en su cuerpo.

Este estadounidense lleva 18 años exponiéndose deliberadamente al veneno de algunas de las serpientes más mortíferas del mundo, entre ellas varias especies de mambas, cobras, taipanes y kraits (búngaros). Un sacrificio que empezó a realizar para ayudar a desarrollar mejores terapias para las víctimas de mordeduras de serpiente. Lo más increíble es que lo ha conseguido. Los anticuerpos hallados en la sangre de Tim Friede han demostrado proteger contra dosis mortales de una amplia gama de especies en ensayos con animales. De hecho, la sangre de Tim Friede ha dado lugar a un antiveneno "sin parangón", según los científicos.

La historia de un hombre que se autoinyectó veneno de serpiente durante 20 años

Al principio, Friede quería aumentar su inmunidad para protegerse al manipular serpientes, documentando sus hazañas en YouTube. Pero el ex mecánico de camiones ha contado en el BBC que "metió la pata hasta el fondo" al principio, cuando dos mordeduras de cobra seguidas le dejaron en coma. "No quería morir. No quería perder un dedo. No quería faltar al trabajo", declara para el medio británico. Pero quería desarrollar mejores terapias. Cambiar el mundo. "No dejé de insistir, insistir y insistir todo lo que podía, por las personas que mueren por mordedura de serpiente a 13.000 kilómetros de mí", subraya.

En la actualidad, los antídotos se fabrica inyectando pequeñas dosis de veneno de serpiente en animales, como los caballos. Su sistema inmunitario combate el veneno produciendo anticuerpos, que se recogen para utilizarlos como terapia para los humanos. Pero el veneno y el antídoto tienen que ser muy parecidos porque las toxinas de una mordedura venenosa varían mucho de una especie a otra. Incluso hay gran diversidad dentro de la misma especie: el antiveneno elaborado a partir de serpientes de la India es menos eficaz contra la misma especie en Sri Lanka.

Tom Friede, en el centro del laboratorio que desarrolla el antídoto contra el veneno de serpiente
Tom Friede, en el centro del laboratorio que desarrolla el antídoto contra el veneno de serpienteJacob Glanville

Así pues, un equipo de investigadores empezó a buscar un tipo de defensa inmunitaria denominada "anticuerpos ampliamente neutralizantes". En lugar de dirigirse a la parte de una toxina que la hace única, se dirigen a las partes que son comunes a clases enteras de toxinas. Fue entonces cuando Jacob Glanville, director ejecutivo de la empresa biotecnológica Centivax, conoció a Tim Friede. "Pensé que si alguien en el mundo ha desarrollado estos anticuerpos ampliamente neutralizantes, tenía que ser él", cuenta. El Sr. Friede accedió y el trabajo obtuvo la aprobación ética porque el estudio sólo tomaría sangre, en lugar de administrarle más veneno.

La investigación se centró en los elápidos, una de las dos familias de serpientes venenosas que incluye a las serpientes coral, mambas, cobras, taipanes y kraits. Los elápidos utilizan principalmente neurotoxinas en su veneno, que paraliza a su víctima y es mortal cuando detiene los músculos necesarios para respirar. Los investigadores eligieron 19 elápidos identificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre las serpientes más mortíferas del planeta. A continuación empezaron a analizar la sangre del Sr. Friede en busca de defensas protectoras.

Su trabajo, publicado en la revista científicaCell, identificó dos anticuerpos ampliamente neutralizantes contra dos clases de neurotoxinas.Además, los científicos añadieron un fármaco dirigido a una tercera clase para elaborar su cóctel antiveneno. En experimentos con ratones, el "antídoto" permitió a los animales sobrevivir a dosis mortales de 13 de las 19 especies de serpientes venenosas. Las seis restantes les protegieron parcialmente. Según Glanville, se trata de una amplitud de protección "sin parangón", que "probablemente cubra todo un grupo de elápidos para los que no existe antiveneno en la actualidad".

Investigadores trabajando en el desarrollo de un antiveneno universal

En la actualidad, el equipo está tratando de perfeccionar los anticuerpos y ver si la adición de un cuarto componente podría conducir a una protección total contra el veneno de las serpientes elápidas. La otra clase de serpientes, las víboras, se basan más en las hemotoxinas, que atacan la sangre, que en las neurotoxinas. En total, hay una docena de clases de toxinas en el veneno de las serpientes, entre las que se incluyen las citotoxinas, que matan directamente a las células.

"Creo que en los próximos 10 o 15 años tendremos algo eficaz contra cada una de esas clases de toxinas", afirma el profesor Peter Kwong, uno de los investigadores de la Universidad de Columbia. La esperanza última es disponer de un único antídoto que sirva para todo, o bien una inyección para los elápidos y otra para las víboras.

No obstante, los investigadores advierten de que queda mucho camino por recorrer antes de que se pueda usar en personas. Aun así, a Friede esto le da esperanza. "Estoy haciendo algo bueno por la humanidad y eso es muy importante para mí. Estoy orgulloso de ello. Es genial", concluye.