
Salud
Cuando lo que no se ve puede enfermarnos
Moho, pólenes o incluso gas radón, presente en determinadas zonas del país, pueden acumularse en la vivienda o en la oficina

El pasado viernes fue el Día Mundial de la Salud Ambiental, una efeméride que recuerda la importancia de cuidar no solamente el entorno exterior, sino también el aire que respiramos dentro de nuestros hogares y de los lugares de trabajo.
La contaminación del aire es un enemigo invisible que pasa, en demasiados casos, desapercibido. No lo vemos, y por eso tendemos a restarle importancia.
Sin embargo, casi 25.000 personas fallecen de forma prematura en España cada año debido a la contaminación atmosférica, según el informe «Health at a Glance», publicado por la Comisión Europea (CE).
Si a este datos le sumamos el hecho de que pasamos cerca del 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados, al aire interior se convierte en un factor crítico para nuestra salud.
Moho, bacterias, pólenes, ácaros del polvo gramíneas o incluso gas radón, presente en determinadas zonas geográficas del país, pueden acumularse en viviendas y oficinas, lo que afecta a la salud respiratoria, ya que puede provocar alergias y agravar patologías crónicas existentes.
En muchos casos, estos riesgos se asocian directamente a humedades estructurales que deterioran la calidad del ambiente y reducen el confort.
Frente a este reto, existen soluciones eficaces. Murprotec, compañía especializada en el tratamiento de las humedades estructurales y la calidad del aire en interiores, cuenta con la Central de Tratamiento de Aire (CTA-Murprotec), un sistema de ventilación forzada que actúa como un verdadero pulmón para la vivienda o la oficina.
El dispositivo, cuya eficacia ha sido avalada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en un estudio sobre el gas radón, introduce aire limpio del exterior, previamente filtrado y precalentado, mientras expulsa el aire viciado del interior.
De este modo, se garantiza una renovación constante que evita condensaciones, reduce la presencia de alérgenos y elementos nocivos y contribuye a mitigar los efectos del gas radón, entre otros.
Desde Murprotec destacan que la calidad del aire interior debe ser entendida como una cuestión de salud pública y no como un lujo porque «respirar un aire sano y limpio debería ser un derecho de todas las personas». Por eso, en el marco de esta efeméride, la compañía especializada recuerda que vigilar y mejorar la salud ambiental de los edificios resulta esencial para cuidar lo más importante: la salud de quienes los habitan
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