Investigación
Descubren una nueva diana terapéutica para el cáncer de páncreas
Un grupo de investigadores, liderado por científicos españoles, descrifra cómo las células madre de este letal tumor se aprovechan de una proteína antibacteriana para esquivar al sistema inmune
El cáncer de páncreas afecta aproximadamente a 500.000 personas cada año en el mundo. Se estima que, durante 2024, unas 9.000 personas en nuestro país recibirán un diagnóstico de este tipo de tumor, uno de los más agresivos que existen. A priori, esta cifra puede parecer pequeña si se compara con los tumores más frecuentes, como el de colon y recto, mama, pulmón, próstata y vejiga urinaria, pero, pese a no ser de los más comunes, si es el más letal, ya que la tasa de supervivencia a 5 años es inferior al 10% y se limita principalmente a pacientes que son elegibles para la cirugía (alrededor del 20-30% del total). Por ello, la investigación supone una gran esperanza para los pacientes.
Hace escasamente un mes, un grupo de un investigadores y clínicos italianos de la Universidad católica de Roma y del acreditado Policlínico Gemelli, descubrieron una información clave sobre la biología de estos tumores: el mecanimo génico que utilizan para evadir el efecto de la quimioterapia.
Ahora, un estudio colaborativo entre diferentes grupos investigadores nacionales e internacionales ha identificado la forma en la que las células madre de cáncer de páncreas se aprovechan de una proteína antibacteriana para evitar al sistema inmune y protegerse de su eliminación. La investigación ha sido co-dirigido por Bruno Sainz, jefe del grupo del Ciberonc y de Biomarcadores y Abordaje Personalizado del Cáncer (Biopac) del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria (Irycis) y del grupo de Células Madre de Cáncer y Microambiente Fibroinflamatorio del Instituto de Investigaciones Biomédicas Sols-Morreale (IIBM-CSIC-UAM); Christopher Heeschen del Candiolo Cancer Institute (IRCCS) en Italia, y por Susana García Silva, científica sénior del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Durante los últimos diez años, los doctores Sainz, Heeschen y García-Silva han liderado un proyecto colaborativo en el cuál han identificado una población de células madre de cáncer de páncreas (CSCs) presentes en modelos de ratón de esta enfermedad. Estas células, conocidas como la raíz del tumor, son las responsables de las recidivas tras el tratamiento con quimio o radioterapia. Recaídas que también se producen después del tratamiento con inmunoterapia, ya que el adenocarcinoma ductal pancreático (el tipo de cáncer de pancreas más común) es uno de los tumores más resistentes todas las terapias conocidas. Sin embargo, hasta la fecha, los mecanismos por los que las CSCs logran evitar su eliminación por el sistema inmune no estaban claros.
El estudio, comenzado por la doctora García-Silva en el CNIO, y continuado por Juan Carlos López-Gil en el IIBM, ha permitido identificar a la proteína llamada PGLYRP1 como una de las causantes de esta evasión inmunitaria. El trabajo, en el cuál se han empleado modelos animales y muestras de pacientes, ha explicado por primera vez el papel de PGLYRP1 en el cáncer de páncreas y ha sentado las bases para desarrollar tratamientos contra esta proteína.
"Cuando eliminamos PGLYRP1 de las células tumorales, vemos que el sistema inmune responde atacándolas, lo que impide que se forme el tumor primario y que estas células se diseminen formando metástasis. Ahora estamos desarrollando terapias que sirvan para bloquear o eliminar esta proteína con la esperanza de poder combinarlas con los tratamientos actuales y atacar por otro frente a las células madre", señala Sainz, según recoge Ep.
Durante los últimos cuatro años, Juan Carlos López-Gil, investigador predoctoral del laboratorio del doctor Sainz y que cuenta con el apoyo de la Fundación La Caixa para el desarrollo de este proyecto, ha podido descifrar el por qué las CSCs producen esta proteína en cáncer de páncreas. "Hemos visto que las células del sistema inmune intentan eliminar a las células tumorales produciendo el factor de necrosis tumoral. PGLYRP1 es muy similar a este factor e interacciona con el mismo receptor bloqueándolo. Al final, las CSCs se protegen utilizando una llave incompleta (PGLYRP1) para bloquear la cerradura (el receptor) y así evitar la muerte causada por el factor de necrosis tumoral (la llave completa)", explica.
"Es curioso como una proteína empleada por nuestras defensas para combatir a las bacterias, es empleada por el cáncer de páncreas para protegerse de esas mismas defensas", indica la doctora García-Silva, que asegura que "entender estos mecanismos con los que las células tumorales abusan de procesos fisiológicos es clave para poder "re-educar" al ambiente tumoral para que reaccione contra él".
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