Opinión

Matesanz destripa los graves fallos de Mónica García

El exdirector de la ONT manifiesta su temor a que la reforma del Estatuto Marco consiga el efecto contrario al que pretende

Mónica García durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados.
Mónica García durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los DiputadosAlberto R. RoldánLa Razón

Rafael Matesanz es una de las mentes más preclaras de la Sanidad en España. Con apenas cuatro mesas, otras tantas sillas y una línea de teléfono montó la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y la convirtió en la joya del Sistema Nacional de Salud. Este nefrólogo fue, además, director general de Atención Primaria y Especializada del Insalud en la época en la que lo capitaneaba Alberto Núñez Feijóo, un auténtico mastodonte bajo cuyo manto se gestionaba la sanidad en 10 de las 17 autonomías, antes de que se materializaran las transferencias.

En un artículo sublime publicado en «Redacción Médica», Matesanz hila fino y pone en su sitio a los actuales ocupantes del Ministerio de Sanidad, «ninguneados» por su propio Gobierno y representantes de «un partido minoritario que encaja perfectamente en la definición matemática de infinitesimal (una variable que tiende a cero)». ¿Con qué autoridad –se pregunta– se plantean preparar una norma que va a regular las relaciones laborales durante bastantes años, sobre todo teniendo en cuenta que no se van a responsabilizar de su aplicación?

El exdirector de la ONT manifiesta su temor a que la reforma del Estatuto Marco, tal y como está planteada, consiga el efecto contrario al que supuestamente pretende, y no sirva para retener a los médicos en el sistema público «al menos en los puestos más demandados y que más falta hacen». «Tampoco parece que vaya a disuadir a mucha gente de hacer las maletas e irse al extranjero o simplemente dedicarse a la privada», subraya, en una opinión en la que destapa el «irrelevante» papel del Ministerio en la crisis de Muface y la incongruencia de sus ocupantes: ¿Qué habría pasado si una comunidad del PP aumenta un 40% el dinero para conciertos privados?, se pregunta.