La opinión de J. A. Vera

Niveles de colesterol malo

Siempre se nos ha dicho que mientras más LDL o colesterol malo tengamos, más riesgo para nuestras arterias

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En el seno de la comunidad médica pervive cierta polémica sobre los niveles de colesterol que se pueden tener para combatir la enfermedad cardiovascular. Siempre se nos ha dicho que mientras más LDL o colesterol malo tengamos, más riesgo para nuestras arterias. Siendo cierto, apostillan algunos especialistas que también hay que saber que el LDL se vuelve malo cuando se oxida. Está asociado con la placa arterial, porque una vez que se ha oxidado daña las paredes de las arterias. De hecho, sólo el colesterol oxidado y la grasa oxidada (triglicéridos) están en la placa arterial. Pero el colesterol sin oxidar no las daña.

El LDL malo, producido en el hígado, es en un principio inocuo, e incluso beneficioso porque el cuerpo lo usa como material de construcción para las paredes celulares y fabricar la importantísima vitamina D. Si no producimos LDL tendremos problemas. Solo que si lo producimos en exceso los tendremos también. Por eso es importante alimentarnos con suficientes antioxidantes.

Es necesario medir bien los niveles de colesterol, tanto el total como el HDL bueno o LDL malo, amén del promedio, que sería realmente el dato importante. La cifra de colesterol total no resulta definitiva, pues contiene tanto bueno como malo, pero sin especificar en qué proporción. El promedio se saca de dividir el colesterol total por el HDL. Mientras más elevado sea el HDL, mejor. Por ejemplo, si alguien tiene un colesterol total de 200 (alto) pero un HDL de 50 (alto también), se diría que posee una proporción de cuatro, por debajo del riesgo medio. Es importante mantener esa proporción promediada alejada del cinco, aunque lo óptimo sería que fuese de 3,2 o menos. Peor promedio saldría con un colesterol total de 180 y un HDL de 32, pues daría un 5,6, riesgo alto.