Opinión
Permanecer vigilantes
Carmen Montón es embajadora Observadora Permanente de España ante la OEA y la OPS. Ex ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social
"No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida". Con esa clarividencia Simone de Beauvoir nos alertaba sobre la fragilidad de las conquistas de los derechos de las mujeres.
Tras la crisis sanitaria pandémica, que derivó en socioeconómica, e incluso institucional y política, los derechos de las mujeres vuelven a la palestra, a veces como muestra del deterioro de la democracia, a veces como moneda de cambio político, a veces para ocultar fallas del gobierno y distraer la atención pública… sempiternamente, para perpetuar la desigualdad y la discriminación de la mitad de la población. Y en el centro de la batalla siempre están los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. La contienda se libra sobre el cuerpo de ellas y su libertad para elegir sobre su maternidad.
La OMS acredita que el aborto inseguro es una de las principales causas de morbimortalidad materna; cerca del 45% de los abortos en el planeta se realizan en condiciones peligrosas, y el 97% de ellos se practican en los países en desarrollo. El contexto son leyes que tipifican el aborto como un delito y castigan con penas de cárcel a las mujeres que deciden interrumpir sus embarazos.
Claro está que estas leyes tienen mayor penosidad sobre aquellas cuya su situación socioeconómica no les permite escapar de ese sistema restrictivo y peligroso. Afortunadamente las amenazas y retrocesos, como las últimas provenientes de Región de las Américas, encuentran en el movimiento feminista a nivel global resiliencia y resistencia, en una lucha sin tregua en favor del aborto legal, seguro y gratuito. Permanecemos vigilantes.
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