Salud

¿Por qué engorda la ansiedad? Encuentran explicación a este fenómeno y un modo de revertirlo

Un equipo de científicos halla una conexión molecular entre la grasa corporal y la ansiedad, que abre la puerta a probar tratamientos médicos ya en marcha

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Hallan una vía molecular que relaciona la ansiedad con cambios metabólicosDreamstimeDreamstime

Cuando pasamos por una época estresante, nuestro cuerpo emite un abanico de respuesta fisiológicas. Estas van desde la tensión muscular hasta la emisión de señales de alerta por parte del cerebro. Cabría pensar, además, nuestro cuerpo podría quemar más grasas de lo normal. Siguiendo esa lógica, lo natural sería adelgazar cuando pasamos por momentos de ansiedad. Sin embargo, ¿por qué en realidad sucede lo contrario y engordamos? ¿Por qué el estrés provoca un aumento de peso?

Una nueva investigación realizada por científicos de la Universidad McMaster, en Canadá, ha revelado que existe una conexión molecular entre la grasa corporal y los niveles de ansiedad, lo que aporta más evidencias sobre cómo los trastornos emocionales pueden afectar directamente al metabolismo. También abre la puerta a nuevas vías de investigación y tratamientos. E incluso podrían tener importantes implicaciones clínicas en un momento en que tanto la obesidad como los problemas de salud mental están en aumento en todo el mundo.

"Nuestros hallazgos resaltan la compleja interacción entre el metabolismo y la salud mental, y esperamos que esto conduzca a mejores resultados para las personas que sufren de ansiedad", afirma el autor principal del estudio y profesor del Departamento de Medicina de McMaster, Gregory Steinberg.

El papel del estrés y la hormona GDF15 en el vínculo entre grasa y ansiedad

El estudio, que ha sido publicado en la revista Nature Metabolism, contó con el respaldo financiero de los Institutos Canadienses de Investigación en Salud (CIHR) y de Diabetes Canadá. En él, los investigadores detallan cómo el estrés psicológico impacta tanto el comportamiento como los procesos metabólicos, como una forma de proteger al cuerpo frente a situaciones amenazantes. En este proceso, la adrenalina desempeña un papel fundamental.

Comer por ansiedad, un problema (con solución) que genera obesidad
Comer por ansiedad, un problema (con solución) que genera obesidadlarazon

De acuerdo con el trabajo, el estrés activa la lipólisis, un mecanismo mediante el cual el cuerpo descompone la grasa almacenada. Este proceso lleva a la liberación de la hormona GDF15, producida por células inmunitarias dentro del tejido adiposo. Una vez en circulación, GDF15 interactúa con el cerebro y contribuye a la aparición de estados de ansiedad.

A través de ensayos en ratones, los científicos pudieron observar comportamientos vinculados a la ansiedad y analizar las rutas moleculares implicadas, identificando así una relación directa entre los cambios metabólicos inducidos por el estrés y los síntomas de ansiedad.

Los resultados también abren la puerta a posibles tratamientos: al bloquear la señalización del eje GDF15-GFRAL —es decir, la vía por la cual esta hormona se conecta con su receptor en el cerebro— se logró una reducción de la ansiedad aguda en modelos animales.

Nuevas oportunidades terapéuticas en el horizonte

"Estos hallazgos abren nuevas posibilidades para el desarrollo de nuevos tratamientos para la ansiedad centrándose en las vías metabólicas", ha afirmado el primer autor del artículo e investigador posdoctoral en McMaster, Logan Townsend.

Townsend añadió que comprender cómo el estrés afecta a las células grasas podría permitir el diseño de terapias innovadoras para combatir los trastornos de ansiedad, especialmente en pacientes que no responden a los tratamientos convencionales. Las terapias dirigidas a los procesos metabólicos podrían proporcionar una alternativa más específica y eficaz.

"Varias empresas están desarrollando bloqueadores de GDF15 para el tratamiento del cáncer, por lo que es posible que también se utilicen para la ansiedad", añade el autor.

Este descubrimiento marca un avance significativo en el campo de la psiconeuroinmunología, al mostrar que el metabolismo y la salud mental están mucho más conectados de lo que se pensaba. Así, el tratamiento de la ansiedad podría beneficiarse no solo del enfoque psicológico, sino también de estrategias que regulen directamente la actividad del tejido adiposo y sus efectos sobre el cerebro.