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¿Por qué nos sentimos más cansados en verano? Un enfermero lo explica

Muchas personas experimentan mareos, debilidad y una sensación de fatiga durante todo el día

¿Por qué nos sentimos más cansados en verano? Un enfermero lo explica Freepik

Con la llegada del verano, muchos esperan días de sol, vacaciones y actividades al aire libre. Sin embargo, para una gran parte de la población esta estación también trae consigo una sensación persistente de fatiga difícil de ignorar.

La clave de este fenómeno se encuentra en la respuesta fisiológica de nuestro organismo frente a las altas temperaturas. Cuando el mercurio sube, el cuerpo se ve obligado a trabajar intensamente para mantener una temperatura interna estable. Este proceso, esencial para evitar el sobrecalentamiento y proteger los órganos vitales, requiere un gasto energético considerable.

Uno de los mecanismos principales es la dilatación de los vasos sanguíneos, que permite disipar el calor a través de la piel. Pero este ajuste, aunque es necesario, tiene un efecto secundario: la presión arterial desciende, lo que ralentiza la circulación sanguínea. Como resultado, muchas personas experimentan mareos, debilidad y esa sensación de estar fatigado durante todo el día.

El sudor, nuestro aliado natural para enfriar el cuerpo, también puede jugar en nuestra contra. Al sudar, no solo perdemos agua, sino también minerales esenciales como el sodio y el magnesio. Esta pérdida, si no se compensa adecuadamente, puede provocar deshidratación y afectar al funcionamiento de músculos y nervios.

Los síntomas derivados de este desequilibrio van más allá del simple cansancio: calambres, dolor de cabeza, falta de concentración e incluso fatiga crónica pueden aparecer si no reponemos líquidos y sales minerales de forma regular.

Consejos para combatir el agotamiento

Para evitar que el calor nos deje sin energía, los expertos recomiendan hidratarse con frecuencia, evitar la exposición al sol en las horas centrales del día y optar por comidas ligeras y ricas en frutas y verduras. Además, es importante escuchar al cuerpo y descansar cuando lo necesite, aunque eso implique hacer una siesta extra.