Altas temperaturas

Por qué las olas de calor sacan lo peor del ser humano

Irritabilidad, mal humor, confusión y desánimo son algunas de la emociones negativas que se intensifican cuando nos sometemos temperaturas superiores a los 35º. Su vinculación con el aumento de la agresividad y la violencia está ampliamente demostrada.

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La ciencia ha probado que la violencia de género aumenta durante las olas de calor larazonJUNTA DE ANDALUCÍA

Los siete días más calurosos en el planeta en los últimos 100.000 años han sido los de la semana pasada. Entre el 3 y el 9 de julio la temperatura media de la Tierra no bajó de 17º, con temperaturas superficiales del mar sin precedentes y una extensión de hielo marino antártico en retroceso. Los primeros días de junio batieron un récord global muy peligroso, al superar los 1,5ºC de calentamiento establecidos como límite en el Acuerdo de París. En España, actualmente estamos inmersos en la segunda ola de calor del verano, con temperaturas de hasta 37 grados en la madrugada de ayer en provincias como Mallorca, Alicante y Teruel.

El calor extremo se ha convertido ya en una constante casi global en verano, y sus efectos son nefastos en la salud del planeta y de las especies que lo habitan- incluidos los humanos-. Un estudio científico publicado en la revista Nature hace unos días concluyó que el verano del 2023 ya ha provocado un exceso de mortalidad de más de 60.000 personas- el 56%, mujeres- en 35 países de Europa, con especial impacto en zonas del Mediterráneo.

Pero las altas temperaturas también tienen efectos devastadores sobre la salud mental. "El calor elevado y duradero en el tiempo- típico de una ola de calor- afecta a nivel psíquico al disminuir las emociones positivas e incrementar las negativas como la irritabilidad, apatía, mal humor, confusión, estrés y desánimo", señala Víctor Navalón, psiquiatra del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre.

El calor extremo altera las zonas del cerebro involucradas con la regulación de las emociones y se relaciona con la ansiedad, el estrés y los trastornos de estrés postraumático. "En el caso de que la persona que sufra algunos de esos trastornos se vea especialmente afectada, la recomendación es que acuda a su especialista para que lo evalúe y adopte las decisiones terapéuticas que pueda considerar adecuadas para reequilibrar su estado", añade.

Más allá de la agudización de estos estados- que no es anecdótica, ya que afecta al 20% de la población- está el vínculo sobradamente demostrado entre las altas temperaturas y el aumento de la violencia y la criminalidad, un fenómeno ampliamente demostrado en la literatura científica.

En determinadas personas, el hecho de soportar temperaturas superiores a los 35º durante un periodo más o menos largo tiene efectos muy peligrosos. Parece obvio que si en la población general el calor extremo produce irritabilidad, mal humor y malestar, en personas con factores de riesgo mental la agresividad sea mucho más explícita.

Las mujeres, el "blanco" de la violencia

Fue a finales del siglo XIX cuando se realizaron los primeros análisis serios sobre el incremento de la delincuencia (robos, atracos, asaltos) en verano, y se comprobó que los homicidios eran el crimen más frecuente en este periodo. Anteriormente, lo fueron las revoluciones o levantamientos contra el poder establecido, que también solían iniciarse o llegar a su punto álgido en los meses de más calor.

En las dos primeras décadas del s. XXI, diversos estudios han evidenciado vínculos concretos de aumento de la temperatura ligada al incremento de los delitos violentos. Por ejemplo, un estudio realizado en Estados Unidos mostro que, por cada aumento de 5 °C en la temperatura media diaria entre 2007 y 2017, hubo un aumento del 5% en los delitos sexuales. En Reino Unido, una investigación evidenció que cuando la temperatura media es de 20º, se producen hasta un 14% más de delitos violentos que cuando es de 10ºC. En España, un trabajo publicado en 2018 analizó cómo se incrementa el riesgo de violencia de género con las olas de calor- por encima de 37º-, y mostró que el riesgo de asesinato aumentaba un 40% tres días después de la ola de calor. Por cada grado por encima del umbral de 34 grados, el riesgo de muerte crecía un 28,8%.

Los resultados de otro trabajo, publicado en la revista JAMA Psychiatry hace unos días, redundan en la idea de que calor extremo y la violencia machista están íntimamente relacionados. La investigación analizó el incremento de la violencia en la pareja en el sureste asiático (India, Pakistán y Nepal) entre 2010 y 2018 a través de los datos de 194.871 mujeres de entre 15 y 49 años. Los autores concluyeron que por cada incremento de un grado en la temperatura media anual la prevalencia de violencia en la pareja se incrementaba en un 4,49%. Esta subida era mayor en los casos de violencia física (6,55%) y sexual (6,21%), que en los de violencia emocional (1,39%).