Salud

¿Quién vive más tiempo, un estadounidense rico o un europeo pobre?

Un estudio de la Universidad de Brown afirma que el nivel de riqueza influye en la longevidad de cada persona, pero la situación de cada uno en su país comparada con la de los demás, también

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Un estudio señala que los estadounidenses ricos viven menos tiempo que los europeos pobresElon Musk

El famoso refrán de "no es más rico el que más tiene..." cobra hoy especial relevancia. Y es que, según afirma un nuevo estudio científico, no vive más el que más tiene... sino el que vive en Europa. Incluso los estadounidenses más ricos tienen una esperanza de vida más corta que los europeos, tal como concluye este análisis pionero. Realizado por un equipo de investigadores de la Escuela de Salud Pública enclavada en la prestigiosa Universidad de Brown, Rhode Island (Estados Unidos), el trabajo revela que sus ciudadanos tienen peores tasas de supervivencia en todos los niveles de riqueza y que ellos tienen más probabilidades de morir que nosotros.

El análisis comparó los datos de más de 73.000 adultos de EEUU y de distintas regiones de Europa (incluida España). Los sujetos seleccionados tenían entre 50 y 85 años en 2010. El objetivo era determinar cómo afecta la riqueza a las probabilidades de morir de una persona. Los resultados revelaron que las personas con más riqueza tienden a vivir más que las que tienen menos, especialmente en EEUU, donde la brecha entre ricos y pobres es mucho mayor que en Europa.

Sin embargo, al comparar las tasas de estatus económico y supervivencia de los estadounidenses con las de las regiones europeas objeto de estudio, los investigadores descubrieron que incluso los ciudadanos estadounidenses más pudientes tenían más probabilidades de morir en un periodo de 10 años que sus homólogos europeos.

Los resultados se detallan en el estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine. Los datos comparativos también mostraron que la esperanza de vida media de los estadounidenses más ricos es inferior a la de los europeos más ricos. Aunque, en algunos casos, los estadounidenses más ricos tienen tasas de supervivencia equiparables a las de los europeos más pobres en zonas occidentales de Europa como Alemania, Francia y los Países Bajos.

¿El motivo? La esperanza de vida en EEUU ha disminuido en los últimos años, según Irene Papanicolas, autora del estudio y profesora de Servicios, Políticas y Prácticas Sanitarias en Brown. En cambio, esa esperanza de vida sigue aumentando en Europa.

"Los resultados son un duro recordatorio de que ni siquiera los estadounidenses más ricos están a salvo de los problemas sistémicos que contribuyen a una menor esperanza de vida, como la desigualdad económica o factores de riesgo como el estrés, la dieta o los peligros ambientales", sugiere Papanicolas, que dirige el Centro para la Sostenibilidad del Sistema de Salud de la Escuela de Salud Pública. "Si queremos mejorar la salud en EEUU, tenemos que comprender mejor los factores subyacentes que contribuyen a estas diferencias (sobre todo entre grupos socioeconómicos similares) y por qué se traducen en resultados sanitarios diferentes en los distintos países".

En el sur de Europa se muere un 30% menos que en EEUU

En cifras, los individuos del cuartil más rico tenían una tasa de mortalidad un 40% inferior a la de los individuos del cuartil más pobre. Los individuos de Europa continental murieron en tasas aproximadamente un 40% inferiores a las de los participantes de EEUU a lo largo del periodo de estudio. Los participantes del sur de Europa tuvieron tasas de mortalidad estimadas en torno a un 30% más bajas que los participantes de EEUU a lo largo del periodo de estudio, mientras que los participantes de Europa del Este tienen tasas de mortalidad estimadas entre un 13% y un 20% más bajas.

Según Sara Machado, autora del estudio e investigadora científica del Centro para la Sostenibilidad del Sistema Sanitario de Brown, "la situación de cada uno en la distribución de la riqueza de su país influye en la longevidad, y la situación de cada uno en su país comparada con la de los demás también influye". Y añade: "Arreglar los resultados sanitarios no es sólo un reto para los más vulnerables: incluso los que se encuentran en el cuartil superior de riqueza se ven afectados".

La sanidad en Estados Unidos no es igual

El estudio, que analizó datos del Estudio sobre Salud y Jubilación de EEUU y de la Encuesta Europea sobre Salud, Envejecimiento y Jubilación, subraya cómo la debilidad de las redes de seguridad social y las disparidades estructurales en EEUU pueden contribuir a peores tasas de supervivencia en todos los grupos de riqueza. Estas deficiencias afectan de forma desproporcionada a los residentes más pobres, pero en última instancia dejan incluso a los estadounidenses más ricos más vulnerables que sus homólogos europeos, argumentaron los investigadores.

Además, el trabajo muestra cómo factores culturales y de comportamiento sistémicos, como la dieta, el tabaquismo y la movilidad social, también pueden influir. Por ejemplo, las tasas de tabaquismo y el hecho de vivir en zonas rurales (ambos relacionados con una peor salud) eran más comunes en EEUU.

Los investigadores también destacaron un "efecto superviviente" en EEUU, en el que los individuos más pobres con peores resultados de salud tenían más probabilidades de morir antes, dejando atrás una población que es más sana y más rica a medida que avanzan los grupos de edad. Esto crea la ilusión de que la desigualdad de riqueza disminuye con el tiempo, cuando en realidad se debe en parte a las muertes prematuras de los estadounidenses más pobres. "Nuestro trabajo anterior ha demostrado que, si bien la desigualdad de la riqueza se reduce después de los 65 años en EEUU y Europa, en EEUU se reduce porque los estadounidenses más pobres mueren antes y en mayor proporción", explica Papanicolas.

Según las investigadoras, los resultados ofrecen "una visión aleccionadora" de los resultados sanitarios en EEUU y una llamada a la acción para que los responsables políticos aborden la creciente brecha entre riqueza y mortalidad con políticas que tengan un enfoque más amplio que las deficiencias del sistema sanitario.

"Si nos fijamos en otros países, los resultados son mejores, y eso significa que podemos aprender de ellos y mejorar", opina Machado. "No se trata necesariamente de gastar más, sino de abordar los factores que estamos pasando por alto, lo que podría reportar beneficios mucho mayores de lo que creemos".