
Alimentación
El simple cambio en la cena que puede mejorar tu digestión nocturna
Este ajuste sencillo puede convertirse en un aliado clave para quienes buscan mejorar su bienestar nocturno, tener mañanas más ligeras y cuidar su salud digestiva a largo plazo

Un gesto tan sencillo como adelantar la hora de la cena puede marcar una diferencia notable en la salud digestiva y en la calidad del sueño. Nutricionistas y especialistas en medicina del sueño coinciden: comer más temprano —al menos dos o tres horas antes de ir a dormir— ayuda al cuerpo a completar parte del proceso digestivo mientras seguimos activos, evitando molestias nocturnas y favoreciendo un descanso reparador.
La recomendación, que gana terreno en consultas y publicaciones científicas, rompe con el hábito, muy extendido en España, de cenar tarde. Según expertos en nutrición, cenar antes permite respetar los ritmos circadianos, ciclos naturales que regulan funciones como la digestión, el metabolismo y el sueño.
Menos reflujo, mejor descanso
Comer justo antes de acostarse obliga al sistema digestivo a trabajar mientras el cuerpo debería estar relajándose para dormir. Esto puede provocar pesadez, acidez o reflujo. Los especialistas sugieren que el aparato digestivo necesita tiempo para procesar los alimentos y que adelantar la cena reduce estos síntomas y mejora la calidad del sueño profundo.
Asimismo, estudios apuntan a que una digestión más ligera puede reducir despertares nocturnos y favorecer una sensación de descansado al despertar.
Qué cenar y qué evitar
Además del horario, importa el contenido del plato. Se recomienda optar por cenas ligeras ricas en verduras, proteínas magras como pollo o pescado, y pequeñas cantidades de carbohidratos integrales. Por el contrario, las comidas altas en grasas, fritos, salsas pesadas o ultraprocesados pueden entorpecer la digestión.
Los expertos también aconsejan reducir bebidas estimulantes por la noche —como café o refrescos con cafeína— y evitar el alcohol, que puede alterar el sueño y favorecer la acidez gástrica.
Un hábito fácil de adoptar
Adelantar la cena no requiere grandes cambios dietéticos, solo reorganizar horarios y planificar comidas con antelación. Muchos profesionales de la salud sugieren comenzar gradualmente: adelantar la cena 15 o 20 minutos cada día hasta alcanzar la hora ideal.
Este ajuste sencillo puede convertirse en un aliado clave para quienes buscan mejorar su bienestar nocturno, tener mañanas más ligeras y cuidar su salud digestiva a largo plazo.
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