Medicina Interna

Un tercio de los pacientes crónicos ingresados toma al menos 10 fármacos

El 60% de los pacientes de Medicina Interna son pacientes crónicos

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Seis de cada 10 pacientes que ingresan en los Servicios de Medicina Interna de los hospitales españoles se consideran pacientes crónicos complejos (PCC), al presentar patologías crónicas de alta complejidad.

El 40% de ellos, además, tiene dos o más enfermedades crónicas de larga evolución.

Detrás de estos ingresos hospitalarios, se encuentra, en la mayoría de los casos, la insuficiencia cardíaca (46%), la diabetes (35%-40%) y la enfermedad renal crónica (36%). Otros de los motivos de ingreso frecuentes son las patologías infecciosas, sobre todo infecciones de tipo urinario y neumonías, que en este perfil de pacientes descompensan sus patologías crónicas, lo que dificulta el manejo terapéutico.

Además, con frecuencia, coexisten otras patologías, como la anemia en el 15% o la artrosis severa en el 17% de los casos, que empeoran sus síntomas en muchas ocasiones.

Estas son algunas de las conclusiones de la X Reunión de Paciente Crónico Complejo de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) que se desarrolló de forma conjunta con la XIV Reunión del Grupo de Cronicidad y Pluripatología de la SEMI, patrocinada por Boehringer Ingelheim España.

También se puso de relieve un dato muy preocupante y es que un tercio de los pacientes crónicos complejos que ingresan en los Servicios de Medicina Interna toma 10 o más fármacos, con el consiguiente riesgo de efectos adversos.

En este sentido, la capacidad de un médico internista de atender a todas sus enfermedades, con ayuda en casos puntuales de otras especialidades, permite que haya un referente hospitalario para el paciente y facilita la coordinación y continuidad asistencial con el equipo de atención primaria.

"Es imprescindible hacer una valoración global multidimensional, que atienda no sólo a la enfermedad que padece el paciente, sino a otras esferas que son importantes para su evolución, como puede ser la situación emocional y cognitiva, la funcionalidad, el estado nutricional o el soporte social. Hay que tratar de forma global al paciente y no a cada una de sus enfermedades", afirmó la doctora Pilar Cubo, coordinadora del Grupo de Trabajo de Cronicidad y Pluripatología de la SEMI.

“Debemos conseguir -prosiguió- pacientes activos y empoderados, que conozcan sus enfermedades, que puedan identificar los síntomas o signos de alerta en caso de descompensación de sus enfermedades, para que consulten precozmente y evitar así el ingreso hospitalario. Y acordar con el paciente y su familia el mejor plan terapéutico en cada momento, atendiendo a las necesidades que expresen”.

Durante la reunión, se puso de manifiesto que es imprescindible evitar la fragmentación de la asistencia sanitaria en los pacientes con múltiples patologías, para disminuir que tengan que acudir a diferentes consultas hospitalarias y evitar pruebas duplicadas.

La fragmentación sanitaria se asocia a un aumento de la polifarmacia.

Realizar una Valoración Integral Multidimensional (VIMA) que tenga en cuenta todas las esferas que afectan al paciente es fundamental.

En estos pacientes, según destaca la Dra. Cubo, la toma de decisiones suele ser compleja: “Algunos tratamientos que pueden mejorar una enfermedad, pueden empeorar otra. Algunas medidas para confirmar diagnósticos, pueden poner en riesgo al paciente. Por eso es imprescindible explicar al paciente y su familia el riesgo y el beneficio de cada una de nuestras actuaciones y hacerlos partícipes en la toma de decisiones, respetando su decisión”.

La sarcopenia, la pérdida de masa muscular y función muscular y la fragilidad, así como la disminución de la reserva fisiológica de todos los sistemas, son muy frecuentes en las pacientes con patologías crónicas y pluripatológicos.

Aunque ambas aumentan con la edad, se estima que aproximadamente el 10-20% de las personas mayores de 65 años pueden ser consideradas frágiles, y ninguna de ellas se limita a los pacientes de edad avanzada.

Tanto la sarcopenia como la fragilidad empeoran los resultados en salud de las personas: aumentan el riesgo de caídas, de deterioro funcional, de hospitalización y de muerte. Por todo ello, los pacientes con patologías crónicas complejas y pluripatología se benefician de una detección precoz tanto de la sarcopenia como de la fragilidad.