Alimentación
La terrible enfermedad que le provocas a tu estómago si comes chicle todos los días
Esta golosina tiene múltiples usos y beneficios, pero su consumo excesivo o sin control pueden suponer un riesgo para la salud
El chicle o goma de mascar es una de las golosinas más conocidas y consumidas en el mundo. No solo hace función de alimento, sino también permite aliviar momentos de ansiedad o estrés, entre otras funciones. Y aunque hay personas que las consumen con regularidad o prácticamente todos los días debido a sus beneficios o propiedades que no tienen que ver con la nutrición, lo cierto es que también puede provocar problemas a quienes lo consumen, así como enfermedades en nuestro cuerpo que pocos conocen, sobre todo en la mandíbula o el estómago.
La mayoría de los chicles actuales utilizan una base de plástico neutro, también conocido como el acetato de polivinilo, pero hasta hace poco se usaba la savia de un árbol tropical: el chiclero. El árbol chiclero también se conoce como chicozapote, y se encuentra desde México hasta Sudamérica, sobre todo en climas tropicales. Una planta que fue introducida en Filipinas a través del Galeón de Manila, y que actualmente está en otros países asiáticos como Bangladesh, Indonesia o Malasia.
Así, el chicle fue creado por los pueblos mayas, ya que fueron los primeros en producir este producto con el polímero. Además, la palabra "chicle" es de origen náhuatl, y proviene de la voz yzictli, mientras que en maya era llamada sicte.
Los antiguos mayas ya masticaban la sustancia del árbol como forma de saciar la sed o combatir el hambre, e incluso imponían sus propias reglas de aceptabilidad, pues solo los niños y las mujeres solteras podían masticarlo en público, mientras que las casadas y viudas podían hacerlo en privado para refrescar el aliento; a su vez, los hombres podían masticarlo en secreto para limpiarse los dientes.
Estos son los peligros para la salud de comer chicle con frecuencia: cuidado si mascas todos los días
Fue en el siglo XIX cuando el chicle moderno comenzó a desarrollarse en Estados Unidos, gracias al empresario Thomas Adams, que experimentó con la resina del zapote y la comercializó como goma de mascar. Así, con el tiempo se empezaron a usar otros polímeros sintéticos en lugar del chicle natural, dando origen a la industria del chicle tal y como la conocemos, comercializado en todo el mundo.
El chicle tiene varias propiedades físicas y químicas que lo hacen ideal para masticar, tal como la elasticidad, o el no ser soluble con el agua, lo que prolonga su duración, que se mantienen gracias a edulcorantes y esencias añadidas. En general, se trata de una golosina cuyo uso principal es la higiene bucal, ya que ayudan a limpiar los dientes y prevenir caries. También es consumido para la reducción del estrés y la ansiedad o por algunos deportistas para reducir la tensión, así como ayudar en la digestión o evitar el mal aliento.
Otro de sus usos es simplemente por entretenimiento, gusto o placer, sin embargo, esto puede suponer un problema. Y es que como todo alimento o golosina, su uso abusivo puede provocar riesgos para nuestra salud, así como molestias digestivas o en nuestra boca.
Por ejemplo, masticar chicle con azúcar puede ser perjudicial para la salud dental, ya que el azúcar alimenta el crecimiento de bacterias en la boca. Por otro lado, la constante masticación de chicle (al igual que si otro alimento lo masticamos reiteradas y excesivas veces), puede provocar molestias en la mandíbula o dolores de cabeza, así como interferir en posible bruxismo o lesiones en la articulación temporomandibular.
Y también para aquellos que padecen problemas relacionados con el aparato digestivo o el estómago deben ser cautelosos, puesto que masticar chicle puede llevar a la ingestión de aire, lo que causa gases, dolor de estómago y, en casos más extremos, síndrome del colon irritable. Además, la masticación de esta golosina también puede ser un problema para aquellos que llevan empastes en los dientes, puesto que podría acelerar la degradación de estos.