Animales
El burro podría extinguirse en 10 años por el comercio de pieles para China
Cada año se sacrifican cinco millones de asbos para obtener una gelatina usada en medicina tradicional
El comercio internacional de pieles de burro para satisfacer la demanda China, donde cada año se sacrifican cinco millones de animales para obtener una gelatina (ejiao) muy apreciada en la medicina tradicional, podría empujar a la especie a la extinción en menos de una década.
Así lo ha denunciado en declaraciones a Efe el presidente de la Asociación de Defensa del Borrico (Adebo), Pascual Rovira, pionero en España en la protección de este animal, quien ha explicado que “el tráfico ilegal de pieles para la obtención de ejiao es ya más fuerte que el comercio legal”.
El pasado enero, un grupo de asociaciones de defensa del burro, entre las que se encontraban Adebo, Aszal, Hermano Asno o The Donkey Sanctuary, se reunieron con la Reina Sofía a petición de su Fundación para abordar la crítica situación de la especie y "constituir una plataforma" que ponga freno a su declive.
En esa reunión, la Reina, “que había visto en África las pieles secando al sol para después exportar a China”, conminó a los representantes de estas asociaciones a participar en “una tormenta de ideas” para reforzar la lucha por la supervivencia de los burros.
Según Rovira, China produce cada año 5.000 toneladas de ejiao que extrae de la cocción de la piel de estos animales y que la medicina tradicional receta para multitud de dolencias “sin ningún rigor científico”.
Y para producir esas 5.000 toneladas “son necesarias cuatro millones de pieles”, ha asegurado el presidente de Adebo, “lo que empujará a la especie a la extinción en menos de una década si no se adoptan medidas a escala internacional que impidan que empresas como Amazon, Ali Express o Ebay lo sigan comercializando”.
Rovira ha lamentado que noticias como el Brexit o la epidemia del coronavirus “hagan sombra a la lamentable situación de los burros”, pero ha matizado que el comercio de su piel representa precisamente “un problema de bioseguridad por las enfermedades que estos animales pueden propagar al ser humano”.
En su opinión, el activismo en España ha aumentado mucho en los últimos años, pero el apoyo de celebridades aporta mucha fuerza a las campañas, como el de Barack Obama contra el comercio de marfil en Estados Unidos o Camila de Cornualles en favor de los burros en Inglaterra.
"Yo mismo le dije de broma a la Reina que es la Greta Thunberg de los burros", ha subrayado Pascual Rovira, quien ha insistido en denunciar "una masacre que acabará salpicando a España", donde este animal "se subasta a un precio tan bajo que es terreno abonado para que los chinos vengan a por ellos".
De once millones de burros que había en China en 1993 sólo quedan tres millones; “si cada año sacrifican cinco millones van a necesitar burros de todo el mundo, pero la capacidad reproductiva de este animal es mucho menor que la demanda de ejiao”, ha lamentado.
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