Obesidad

El estudio de la microbiota, clave para combatir la obesidad y la diabetes

Programa «Caixa Impulse». La doctora Isabel Huber ha desarrollado un producto capaz de mejorar ambas dolencias

Las doctoras Isaber Huber ySonia Fernández son las encargadas del proyecto
Las doctoras Isaber Huber ySonia Fernández son las encargadas del proyectoLa Razón

Las personas que padecen obesidad tienden a desarrollar otras enfermedades metabólicas, entre las cuales destaca la diabetes tipo 2. A partir de investigaciones previas, se conoce que «en las personas obesas y con diabetes se detectó en sangre una mayor cantidad de una molécula llamada succinato de lo que suele ser habitual, producida por las propias células y también por la microbiota intestinal», explica la investigadora Isabel Huber, del grupo de investigación Diamet, que en su día demostró que «existe una población específica de bacterias en las personas obesas y diabéticas capaces de producir succinato, lo cual provoca que esta población tenga un nivel elevado de esta molécula en sangre, contribuyendo a su vez al desarrollo de inflamación crónica, daño en los tejidos, peor tolerancia a la glucosa...».

Al mismo tiempo, igual que existen bacterias capaces de producir succinato, también las hay que pueden consumirlo, de manera que, partiendo de esta idea, la doctora Huber y su equipo empezaron a trabajar en la idea de hacer una estrategia probiótica, es decir, un producto que tenga bacterias vivas y que sea capaz de consumir el succinato. En definitiva, el proyecto que lidera y que se desarrolla en el marco del programa CaixaImpulse de Obra Social ‘‘la Caixa’’ busca como fin último «mejorar el perfil metabólico e inflamatorio de los pacientes con obesidad y diabetes».

El producto probiótico iría acompañado, además, «de un sensor, con un sistema similar al del glucómetro, que podría medir el succinato en sangre», comenta Huber. Así pues, este sensor permitiría valorar si el probiótico está haciendo efecto y funciona bien, a la vez que también ofrecería la posibilidad de seleccionar a los pacientes que pueden beneficiarse de él, puesto que no todos tienen el succinato en sangre alto. En estos momento, el proyecto se encuentra en fase de testeo en animales con el propósito de poder desarollarlo pronto en personas.