Caza

Así es la caza en llanuras

Donde mucha gente solo ve una vasta extensión de terreno desnudo y desértico los cazadores encuentran un escenario único donde disfrutar de interminables jornadas tras rabonas o perdices.

Cazador de media veda de la provincia de Zamora
Cazador de media veda de la provincia de ZamoraJL LealIcal

Mucha parte del territorio de la península está conformado por mayores o menores extensiones llanas de terreno; las dos Castillas, Extremadura o Andalucía son buenos ejemplos de estas zonas. Lo mejor de este tipo de caza es que pueden practicarla personas de toda edad y condición física. Muchos de nuestros mayores preferirán la seguridad de andar por la llanura a encaramarse entre encinas y chaparros y para los pequeños que acompañan a sus padres, tíos o conocidos supone un buen escenario para que estos morraleros tomen afición por la caza y no lleguen a casa deslomados de subir y bajar montañas.

Si bien esta caza es la más asequible para cualquier persona, desarrollarla bien y saber cazar en ella nos supondrá largas caminatasy nos requerirá un buen fondo y resistencia. Qué decir cuando uno acaba en medio de una tierra arada después de unos días de lluvias: tacos de tierra y barro enormes pegados a cada bota y donde levantar la pierna para dar otro paso supone levantar tres kilos de más.

Llanura de Ávila, Castilla y León
Llanura de Ávila, Castilla y LeónlarazonLa Razón

¿Qué caza me puedo encontrar en las llanuras?

En estas planicies se encuentran muchas especies de menor. La caza mayor preferirá el abrigo del monte y el refugio de la espesa vegetación pero no obstante podemos encontrarnos a estos animales visitando las llanuras acuciados por la sed y el hambre. No olvidemos que el ciervo antaño era un animal de llanura y que el jabalí en ocasiones sale de su refugio para darse auténticos festines en los cultivos de cereales en las llanuras.

La perdiz

La reina de la menor está presente en las llanuras de forma especial. Su caza en estos terrenos es inmemorial y todo cazador se siente especialmente orgulloso de bajar alguna patirroja tras perseguirlas durante toda la mañana por siembras y barbechos.

Perdiz roja (Alectoris Rufa)
Perdiz roja (Alectoris Rufa)larazon

La codorniz

Basa su hábitat en las llanuras donde se alimenta del trigo de las cosechas y se refugia en las lindes y ribazos. La africana es la protagonista por excelencia de la media veda en las llanuras.

La liebre

Podemos decir que la rabona es, junto con la perdiz, la auténtica reina de los llanos. Las planicies son el terreno preferido donde el lepórido puede desarrollar su excepcional velocidad. La caza de este animal con galgos supone una tradición en España y las carreras y quiebros de la rabona al verse perseguida por los canes es un gran espectáculo visual.

La paloma

Si bien no es una especie a la que se de caza en las llanuras podemos toparnos con la paloma mientras pateamos los suelos rasos. Podemos ver a las palomas posadas en el suelo comiendo el trigo ya segado o recién sembrado. No obstante su caza en este escenario se torna cuando menos difícil ya que estas aves cuentan con extraordinaria vista y no nos dejaran acercarnos como para dispararlas cómodamente. Además cuando sobrevuelan las llanuras lo hacen tan alto que el alcance de la escopeta se queda corto.

El conejo

El conejo preferirá siempre el cobijo del bosque pero en alguna ocasión también nos podemos topar con él al amanecer y al ocaso cuando sale a las lindes a alimentarse.

Métodos de caza en las llanuras

En las llanuras se practican básicamente dos tipos de caza. La caza en mano y la batida.

La caza en mano

Cazar en mano puede que sea la modalidad más deportiva, la más practicada y la que mayores satisfacciones da al cazador. Calzarse las botas al alba otoñal, cargarse la mochila a la espalda y recorrer metódicamente el terreno es uno de los mayores placeres del cazador.

Para este tipo de caza se nos hace indispensable el auxilio de un perro que de tenerlo bien entrenado y enseñado nos hará gozar en cada lance. Debemos formar un binomio con nuestro auxiliar, formar un verdadero equipo ya que el olfato del can, su resistencia y su muestra de nada servirán sin la observación del cazador, su conocimiento de los comportamientos de la caza y su habilidad.

Un buen perro de muestra es el indicado para este tipo de caza ya que necesitamos que pare las piezas, que las marque y las levante a tiro de nuestra escopeta. Si el perro es bueno también nos sacará las liebres y los conejos. Y como no, el perro que cace en llanura debe ser también un buen cobrador ya que en muchas ocasiones la pieza caerá en los más profundo de un matorral espinoso aislado, en un maizal o en un campo de girasol sin cosechar.

Para empezar a cazar con nuestro perro debemos seguir una ley básica: cazar a contraviento. Debemos recorrer el cazadero con el viento en contra lo que además de ayudar a nuestro fiel amigo a detectar mejor las emanaciones de la caza, impedirá que seamos detectados por nuestras presas. Los pasos deben ser lentos y entrecortados en ocasiones por pequeñas paradas, los pasos transmiten por el suelo vibraciones que ahuyentan a la caza. Para cazar en mano debemos conocer perfectamente el terreno y querencias de los animales en el coto; por ejemplo, si salimos tras las perdices así sabremos como perseguirlas y cansarlas hasta llevarlas al mejor sitio donde tirarlas o si vamos tras la liebre sabremos sus sitios preferidos de encame.

La caza en línea

La caza en línea no es más que la caza en mano pero llevada a cabo por varios cazadores de modo que se va batiendo el terreno tras la caza. En las llanuras esta modalidad se hace básicamente sobre liebres y perdices y puede hacerse de dos modos: caza el línea en mano y caza en línea en batida.

La caza en línea en mano es un tipo de caza muy practicado en las llanuras y donde toman parte al menos una decena de cazadores. Se practica sobre todo al principio de la temporada y es un método de caza ideal para compartir con los amigos de la cuadrilla e incluso ir acompañados de los más pequeños de la casa para iniciarlos en el arte de la caza.

La caza en línea y en mano consiste simplemente en ir abatiendo las piezas poco a poco mientras la línea de cazadores va avanzando y batiendo la llanura y en ir empujando la caza hacia la zona ideal donde tirarla. Como ya comentamos antes los cazadores deben avanzar en contra del viento para no ser detectado por la caza antes de tiempo. Las cuadrillas más experimentadas avanzarán con los extremos de la línea más adelantados de forma que dibujan una herradura y avanzando todos a la vez empujan la caza de una parte del terreno a otra y mejorando las posibilidades de tiro.

En la caza en línea en batida contamos ya con dos líneas de cazadores, una que bate el terreno en dirección a la segunda que apostados de forma adecuada disparan sobre la caza que hacia ellos ha sido levantada. Para este tipo de caza se hace necesario un buen grupo de gente y buenos conocedores del terreno que sepan dónde colocar los puestos de los tiradores así como ir empujando la caza lentamente. Los apostaderos pueden ser de materiales de fábrica como pantallas de lona o naturales como unas pacas de paja, unos montículos o unos pequeños árboles. Para hacer una batida debemos colocar estos obstáculos en la llanura días antes de la cacería ya que así los animales se acostumbrarán a ellos y no rehusarán de pasar por ellos el día del ojeo.

La caza en línea exige al cazador una prudencia extrema a la hora de disparar. En una batida u ojeo los cazadores jamás podrán disparar en dirección a los ojeadores si no hacia atrás ni moverse del sitio durante la cacería ni siquiera para recoger la caza que ya será cobrada al acabar el ojeo. Al acabar el ojeo debemos recordar descargar el arma inmediatamente.

Cuidando la llanura

La llanura como la conocemos hoy en día no siempre fue un solar desnudo y donde el relieve ha desaparecido. Estos cambios vienen dados por las prácticas de la agricultura llevadas a cabo en los últimos años donde el rendimiento de la cosecha ha primado muy por encima de otros valores tan importantes para el campo. Los abonos químicos, los tratamientos fitosanitarios, la mecanización y la concentración parcelaria han supuesto que el entorno de vida de las llanuras conocido por nuestros abuelos no sea más que una panacea para nosotros.

Esta situación que puede parecer catastrófica para la actividad cinegética puede mejorarse siempre y cuando realicemos una buena gestión. En ocasiones simplemente se trata de reinsertar los pequeños matorrales en las lindes, alternar los cultivos o insertar cultivos aprovechables para la caza. El consenso entre agricultor y cazador es lo ideal para recuperar las llanuras tal y como las conocieron anteriores generaciones: llenas de caza, llenas de vida.